Un juez dice que las denuncias de falso maltrato causan el ‘genocidio’ de hombres

El juez de Familia número 7 de Sevilla, Francisco Serrano, ha criticado que las denuncias falsas por maltrato hacia la mujer están provocando un “genocidio” entre los hombres, ya que, según apuntó, las consecuencias de esas denuncias -como por ejemplo la retirada de la custodia de los hijos- está llevando a que “muchos” hombres se estén “suicidando”.

En una entrevista concedida a Europa Press, el juez Serrano lamentó el “ataque visceral al hombre por el hecho de ser hombre”, asegurando que “se está produciendo un auténtico genocidio“, por lo que instó a investigar “cuántos hombres que han sido denunciados por sus parejas y que han pasado por una detención se han suicidado o lo han intentado, siendo luego los asuntos archivados o sobreseídos”.

Al hilo de ello, puso de manifiesto que, “si tuviéramos ese dato, esto sería un auténtico escándalo a nivel nacional”, pues en Sevilla, en los tres últimos meses, “me he enterado de tres casos de suicidio” por este motivo, por lo que “si esto lo trasladamos a nivel nacional de manera anual, los suicidios ascenderían a más de 600“.

En este sentido, indicó que en el año 2006 “hubo 3.200 suicidios en España, de los que 2.400 correspondieron a hombres”. “¿Cuántos de ellos se correspondieron con suicidios provocados porque el varón ha sido tratado desde las instituciones de manera injusta por este tema?”, se preguntó el juez, quien aseguró que “este dato no lo conocemos porque quien lo tiene que dar lo oculta de forma deliberada“.

Cambio de legislación

Así, se cuestionó si todo lo anterior “es un daño colateral asumible” y apostó por cambiar “criterios y leyes” y por desarrollar “auténticas” políticas de igualdad en materia de familia, abogando de esta manera por la ejecución de una ley integral de protección en el ámbito doméstico en la que se proteja “a la persona vulnerable”.

En esta línea, el juez Serrano señaló que las denuncias falsas “existen porque hay interés en ello, ya que los recursos asistenciales para la defensa del maltrato se están financiando a través del número de denuncias”, y también por “el interés de la señora que, en un momento dado, puede obtener una pensión no contributiva” a través de la misma.

El juez criticó que, desde el feminismo “radical”, se dice que el hombre y la mujer “no son iguales” en el seno de una relación de pareja, lo que constituye, a su juicio, “una filosofía auténticamente falsa”, ejemplificando que, a nivel internacional, se han hecho en los últimos tres años 230 estudios “que demuestran que la violencia en el ámbito de la pareja es bidireccional, y en todos los países, salvo en España, lo que se protege y regula es la violencia en el ámbito doméstico, y no la violencia sobre la mujer”.

Que no me pongan a las mujeres maltratadas de pantalla“, según continuó el juez Serrano, quien señaló que las denuncias falsas “perjudican, de momento, a la propia mujer maltratada y agredida, porque ésta es la que tiene miedo y sufre la auténtica discriminación y desigualdad”.

A su juicio, “se está creando una nueva era de la discriminación y de la desigualdad, y nos hemos inventado un neolenguaje donde a unministerio de la mujer resentida y oportunista se le llama Ministerio de Igualdad”, y aseveró que todo ello “está llevando a una situación de auténtica perversión, injusticia y hasta de genocidio, que se está ocultando”.

‘Maltrato institucional’

Tras asegurar que tiene una carpeta “llena” de cartas remitidas por hombres “que sufren maltrato institucional”, se refirió a las denuncias por injurias y amenazas leves formuladas por el propio juez contra la presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Inmaculada Montalbán, quien realizó unas declaraciones “coactivas” en el sentido de que “a mí no me puede advertir de una posible responsabilidad disciplinaria para que me calle”.

“Con razón o sin ella, tengo el derecho de opinión y de expresión a defender lo que considero socialmente correcto, porque yo no estoy en lo políticamente correcto”, prosiguió el juez Serrano, quien aseveró que “mi objetivo es hacer bien mi trabajo, ser independiente y luchar por la verdadera Justicia y la auténtica igualdad”. “Como mínimo, tengo derecho a expresar lo que opinamos la inmensa mayoría de profesionales“, apuntó.

A su juicio, “muchos de estos profesionales tienen miedo a decir lo que piensan, por el hecho de que les puedan imponer una medida represora”, ya que “ser políticamente incorrecto e ir a contracorriente hoy en día en España es peligroso”. “Hemos vuelto a la Inquisición”, concluyó.

 

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/01/andalucia/1270114921.html

El hombre que pasó 11 meses en prisión por una denuncia falsa: “No quiero venganza pero aquí ya no cabe perdón”

El juzgado aplaza al 21 de julio el juicio a su ex pareja al renunciar la acusada a su abogada defensora.

El hombre encarcelado por una falsa acusación de violencia machista por parte de su ex pareja. / José Ángel García
José Antonio Santos, el hombre que pasó once meses en prisión por la denuncia falsa de malos tratos de su ex pareja, Raquel V. B., ha asegurado este martes quemantendrá la acusación contra su ex mujer en el nuevo juicio que estaba previsto para hoy pero que al final se ha aplazado al 21 de julio al renunciar la acusada a su abogada defensora. “No es venganza, pero aquí ya no cabe perdón”, ha aseverado a los periodistas José Antonio Santos, que ha añadido que quiere que “se castigue” a su ex pareja aunque es consciente que se trata de una decisión que debe adoptar la Justicia.
El joven ha recordado que los once meses que pasó en prisión por las denuncias falsas de Raquel V. Fueron los“más duros” de su vida, y ha lamentado que “hay muchas mujeres maltratadas de verdad y otras que abusan que hacen mucho daño a las maltratadas”. El hombre ha añadido que hay muchos hombre como él que están siendo “maltratados por las denuncias falsas”.
La acusación particular que ejerce el esposo pide ahora cuatro años de cárcel para la mujer por dos delitos contra la Administración de Justicia y de denuncia y acusación falsa.
En el juicio, que estaba previsto para este martes y que el juzgado ha aplazado al 21 de julio al renunciar la acusada a su abogada defensora, la Fiscalía reclama una condena de un año y medio de cárcel y el pago de una multa de 7.560 euros para Raquel V., a la que se imputan delitos de denuncia falsa y falso testimonio, por presentar una denuncia falsa contra su ex marido, al que acusó de haberla golpeado y tirado al suelo. La mujer ya fue condenada en el año 2012 a otros 20 meses de prisión otras denuncias falsas contra su ex pareja, aunque la condena fue suspendida al ser inferior a los dos años de prisión.
Los hechos que deben ser enjuiciados se remontan al 11 de mayo de 2011 cuando Raquel V. denunció ante la Policía que sobre las 22:00 horas del día anterior su ex marido se había acercado a ella en la plaza de Azahín, y “de forma repentina”, le empujó y tiró al suelo, propinándole patadas en el hombre, la espalda y la cara, “a sabiendas de que esos hechos no se habían producido”.
La denuncia motivó la apertura de diligencias previas por el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Sevilla, donde Raquel V. mantuvo los cargos contra su ex marido. El 13 de mayo de 2011 se acordó el archivo de esta causa contra José Antonio Santos, una resolución que declaró firme la Audiencia de Sevilla el 1 de julio de 2011.
En diciembre de 2012, Raquel V. se conformó con una condena de 20 meses de prisión y el pago de 30.000 euros de indemnización por haber presentado dos denuncias falsas contra Santos, quien estuvo once meses en prisión entre febrero de 2007 y enero de 2008.

Fuente: http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/2027063/no/quiero/venganza/pero/aqui/ya/no/cabe/perdon.html

Las Antígonas: mujeres francesas se rebelan contra el feminismo radical

La irrupción en varios países europeos del grupo violento, totalitario y ultrafeminista “Femen” -que Miguel Vidal ha calificado acertadamente como “el feminismo mamachicho” por su obsesiva tendencia a enseñar los pechos como único argumento- se ha topado en Francia con una respuesta rotunda de un grupo de mujeres que se hacen llamar “Las Antígonas” y reivindican la feminidad frente a la ideología de género y el “sextremismo”.

8 de marzo: alegatos feministas frente a los disparates hembristas
Feministas por el derecho a vivir
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Una Antígona se infiltró en las Femen durante casi dos meses

Este grupo de mujeres protagonizó una sonada noticia a comienzos de este mes cuando una de sus integrantes, Iseul Turan, reveló que había estado casi dos meses infiltrada en las “Femen”. Turan, una joven de 21 años, católica y estudiante de Derecho, reconoció que lo que más le asustó de esa experiencia fue el vacío de ideas que se encontró en el grupo ultrafeminista: “Lo único que hay detrás de Femen son tres palabras, y por lo demás puedes hacer lo que quieras. Es un abismo, un vacío.” Las tres palabras a las que se refiere Turan son el lema original del grupo ultrafeminista, fundado en Ucrania: “Прийшла, роздяглася, перемогла” (Sal, desnúdate y gana).

Las Femen derribaron un monumento a las víctimas de Stalin en Ucrania

La simpleza de las feministas mamachichos se compensa con altas dosis de violencia. Como ya recordaréis, Femen protagonizó un repugnante acto en agosto de 2012 cuando derribó en Kiev una cruz levantada en memoria de las víctimas del Holodomor, el holocausto ucraniano provocado por Stalin, que mató de inanición a 10 millones de personas en 1932 y 1933. El grupo feminazi se jactó de ese miserable acto en su página de Facebook.

La Policía de Hollande protege a las feministas violentas frente a un… debate

A pesar de utilizar la violencia como forma de expresión, las Femen están encontrando amparo en el gobierno francés del socialista Hollande. Sirva como ejemplo lo ocurrido el 25 de mayo, cuando las Antígonas acudieron a la sede parisina de sus rivales totalitarias con el propósito de “tener un cara a cara pacífico con ellas, que, por una vez, se enfrentasen a mujeres y también proponer que hablásemos de temas que nunca abordan, como la situación de la mujer en Francia”A pesar de que las Antígonas sólo querían dialogar de forma pacífica, se encontraron con un fuerte despliegue policial protegiendo las sede de las feminazis, una situación que contrasta con la ausencia de Policía siempre que las feministas violentas protagonizan una agresión. A pesar del cerco, las Antígonas leyeron un manifiesto dirigido al grupo totalitario:

“Femen, vosotras afirmáis que la lucha de la mujer es feminista, nosotras decimos que es femenina.

Femen, vosotras afirmáis que los derechos de las mujeres se defienden con los pechos descubiertos, nosotras decimos que se adquieren a través de la dignidad.

Femen, vosotras afirmáis que la religión es alienación; nosotras decimos que para muchas de nosotras es el camino a la libertad y a la realización personal.

Femen, vosotras afirmáis que el machismo domina la sociedad y combatís a los hombres. Nosotras respondemos que es sólo con los hombres como podemos llegar a ser verdaderamente mujeres, enteras y completas.”

Un manifiesto que reivindica la feminidad frente a la ideología de género

El manifiesto de las Antígonas lo leen ellas mismas en el vídeo que encabeza esta entrada. Es un manifiesto con un notable enfoque intelectual y reflexivo, diametralmente opuesto al histérico activismo y al afán meramente provocador de las Femen. En Francia el grupo femenino está consiguiendo un considerable éxito: a pesar de los intentos de los medios de izquierda por desprestigiar a esta iniciativa social, democrática y pacífica, la página de Facebook de las Antígonasya ha sumado más de 5.500 adhesiones en menos de un mes (fue puesta en marca el 22 de mayo y no empezó a publicar mensajes hasta 3 días después). Por si el francés os resulta tan extraño como a mí, os ofrezco aquí la traducción del manifiesto al español:

“Nosotras, Antígonas, queremos jugar el papel principal en nuestro futuro de mujeres. Tenemos la intención de proponer una lógica distinta a la que escuchamos en los platós de televisión. Las mujeres no son una minoría oprimida, ¡son la mitad de la humanidad!

No luchamos para reivindicar nuevos derechos, estamos luchando por mucho más que eso:queremos dar otro sentido a la participación de las mujeres en la Ciudad, con dignidad y responsabilidad.

Queremos pensar en lo que las mujeres pueden aportar a la sociedad y no sólo en lo que ellas pueden tomar para sí mismas. Queremos abrir las puertas que muchos quieren dejar cerradas.Tenemos muchos asuntos sobre los que debatir, para los que no tenemos más que respuestas rápidas.

Queremos responder a todas las mujeres que comparten nuestros principios y que se unan a la aventura de las Antígonas. Que cada una se exprese, porque es todas juntas como desarrollamosrespuestas innovadoras y soluciones constructivas para salir del punto muerto en el que ahora estamos, y construir libremente nuestro futuro.

Las Antígonas son un encuentro de mujeres que han decidido no someterse. La agrupación no tiene subordinación partidaria o confesional. No pretendemos representar a todas las mujeres: nosotras somos las que quieren entrar en el Ágora para intervenir en el debate público y actuar socialmente.

No nos reconocemos a nosotras mismas en la visión que nos impone la ideología ultraminoritaria, pero dominante en las esferas mediática y política: la teoría de género y el sextremismo.

Si la primera acción de las Antígonas fue una insurrección contra las Femen, oponernos a ellas no es nuestro propósito.

Queremos tomar una parte activa en los debates en torno a cuestiones que afectan a la condición de la mujer: relaciones hombres-mujeres, familia, condiciones de trabajo, cuotas de paridad, mercantilización del cuerpo y de la vida…

Nuestros principios

Nosotras, Antígonas, defendemos la feminidad para las mujeres: es nuestra naturaleza coherente y profunda. Afirmarla es el primer paso para enriquecer a la sociedad con lo mejor de nosotras mismas.

En un mundo donde reina el individualismo, muchos no pueden realizarse plenamente. Sin embargo, cada una de nosotras lleva consigo la promesa de convertirse en una mujer realizada y comprometida. Los Antígonas proponen una manera de lograrlo.Las mujeres tienen una sensibilidad diferente, una voluntad diferente, métodos de acción diferentes a los de los hombres. Estas diferencias son una riqueza a cultirvar y esta alteridad es fecunda en todos los planos.

Es por eso que construimos nuestro enfoque en la complementariedad de los sexos. Definitivamente no, la mujer no es un hombre más como los otros.

Nosotras, Antígonas, anteponemos la legitimidad frente a la ley. Si las leyes escritas por los hombres anulan las leyes de la naturaleza -es decir, las normas no escritas que son la base de la experiencia humana- tenemos el deber de rebelarnos. No vamos a dejar enterrar la decencia común, el sentido común y la dignidad que debe regir las leyes y los cambios en nuestra sociedad.

Nosotras, Antígonas, defendemos las libertades. En este mundo fragmentado, donde los individuos no tienen más que las relaciones de mercado,queremos una palabra liberadora. Nuestro enfoque quiere ser fundamentalmente emancipador.

Nuestra naturaleza femenina, constructiva y enfocada hacia la vida, nos hace querer construir vínculos sociales, esenciales para la libertad y la solidaridad.

Como escribió Albert Camus: «Sólo el amor nos puede traer de vuelta a nosotros mismos.»”

Mi aplauso para las autoras de este manifiesto, y mis mejores deseos en su rebelión contra ese feminismo radical que se alimenta de la violencia y del odio a los hombres.

Fuente: http://www.outono.net/elentir/2013/06/12/las-antigonas-mujeres-francesas-se-rebelan-contra-el-feminismo-radical/

La mujer maltratadora – El tabú silenciado

Todos conocemos el grave problema del maltrato físico o emocional que muchos hombres infligen a sus mujeres. Pero hay también otra plaga, no menos extendida, que es la violencia emocional o física de muchas mujeres contra sus parejas masculinas. Como ya existe abundantísima información sobre el primer asunto, examinaremos aquí con cierto detalle el segundo -un drama tabú-, a fin de obtener una visión más completa de la terrible violencia doméstica (1).

Ante todo, cabe entender toda violencia familiar como un síntoma neurótico surgido de profundos conflictos emocionales de sus miembros, y a menudo de severas patologías de la personalidad. En el caso de las mujeres, además, es un hecho que muchas de ellas no se emparejaron desde un principio a partir de un genuino amor a su pareja -y ni siquiera al varón en general o con unas mínimas aptitudes para la empatía y la convivencia-, sino desde apremiantes necesidades prácticas o neuróticas (p.ej., huir de la familia, vacíos emocionales, embarazo no deseado, deseo de tener hijos, interés económico, imitación social, etc.)  (2). Así, tras las primeras semanas de romance y en cuanto la mujer asume su nuevo estatus de casada (o incluso desde mucho antes), muchas de ellas comenzarán a descargar sus amarguras inconscientes contra su chivo expiatorio más cercano: sus maridos. (Y, por supuesto, también contra sus hijos (3) u otras personas e incluso contra sí mismas. Pero éste es un tema que no abordaremos aquí). Comenzará, entonces, la pesadilla secreta de los hombres maltratados.

La conducta de estas mujeres es siempre la misma: culpan de forma exclusiva, continua y desproporcionada a sus parejas masculinas de los problemas inherentes a toda convivencia, presentándose ellas mismas como las víctimas ajenas e inocentes de todo. No hay diálogo, no hay autocrítica, no hay afecto, no hay disculpas; la percepción de la mujer es siempre inequívoca y furiosa: “¡es por tu culpa, eres un egoísta, eres un inútil, eres un idiota, eres un desagradecido, eres un hp…! Y desfoga inagotablemente contra él toda su rabia y su desprecio.

Si el hombre se muestra cariñoso, se burla de él (“eres un pesado, eres un crío, siempre estás con el sexo, sólo piensas en ti”). Si se defiende, entonces lo amenaza (“a mí no me hables así, tú qué te has creído, te denunciaré”). Si se repliega sobre sí mismo para protegerse, se queja (“no me haces caso, me tienes abandonada, nunca me has querido”). Y si el hombre, demasiado inmaduro y dependiente de la figura femenina (a causa de sus carencias maternales y sexuales), se rinde definitivamente y se somete mansamente a su mujer, entonces ella aún lo detesta más (“eres débil, eres patético, un calzonazos, me das asco”). Etcétera. De modo que, haga él lo que haga, ella siempre encontrará la manera de deformar la realidad para justificar su compulsiva necesidad de agredirlo y humillarlo(4)

En los casos moderados, estas mujeres son simplemente mandonas, exigentes, desdeñosas y manipuladoras con sus parejas (5). Cuando, en cambio, su narcisismo es ya patológico (p.ej., sufren verdaderos trastornos de personalidad), su violencia emocional será terrible (6), y también puede ser fácilmente física (bofetadas, arañazos, patadas, golpes con objetos, amenaza con objetos punzantes o armas, etc., e incluso homicidio). Pero, muy significativamente y a pesar de tanto dolor y odio, no suelen hacer nada para separarse de sus maridos, ni tampoco están dispuestas a renunciar a los bienes -dinero, lujos, prestigio social, amistades- que su “enemigo” pueda proporcionarle. Más aún, algunas de estas mujeres, aun pudiendo trabajar, no quieren hacerlo. O, si trabajan, guardan su dinero para sí mismas negándose a veces a compartir los gastos domésticos, con la excusa de que su pareja debe mantenerlas en “justa compensación por lo mucho que sufren por su culpa”. Este tipo de actitudes demuestra claramente la psicodinámica narcisista y explotadora en todos los sentidos (emocional, económico, a veces incluso sexual) de estas mujeres (7). Obviamente, cuanto más dinero gana el hombre, más feroz puede ser esta explotación.

Ante semejante situación, muchos hombres buscarán consciente o inconscientemente el amor y el sexo en otra parte, es decir, tenderán a ser infieles. Cuando son finalmente descubiertos (lo que suele ocurrir, a menudo porque ellos mismos buscan inconscientemente el castigo que creen merecer), la brutalidad más absoluta caerá sobre ellos. La esposa engañada, dolida, resentida, fuera de sí, gritará: “¡ya lo sabía yo, eres un canalla, todos los hombres sois iguales, ¿quién es esa p…?, ¡ella se va a enterar!”, etc.. Y escenificará todo tipo de escándalos privados y públicos, manipulará y se entrometerá en las vidas de terceros, etc. La exageración de su respuesta dependerá también de su educación y de su entorno familiar y sociocultural.

¿Son los celos o el dolor ante la posible pérdida del amor de su pareja lo que motiva estos estallidos, como ellas piensan? En absoluto. El tormento de estas mujeres es la humillación insoportable de su inmenso orgullo herido, y la no menor frustración de haber perdido el control sobre la vida y la conducta del hombre, y que otra mujer pueda asumir este dominio. Porque, si la mujer violenta necesita sentirse omnipotente, ¿cómo podría sobrevivir emocionalmente sin una víctima a la que aferrarse? Hay, pues, un fondo de terror y envidia en la furia de la engañada. Y, llegada a este punto, suele reaccionar de dos maneras básicas: o bien aumentará su odio contra la pareja durante meses (o  años, por mucho que éste se haya arrepentido sinceramente mil veces). O bien exigirá el divorcio inmediatamente. Ambas reacciones demuestran su desvinculación afectiva básica respecto al hombre, es decir, su nulo interés inconsciente por conservar un “amor” que, en rigor, nunca existió. Los procesos legales de separación tenderán a ser extremadamente conflictivos y, debido a los  prejuicios sociales y las leyes ideologizadas, a menudo cruelmente abusivos contra el varón.

Muchos hombres, naturalmente, no soportarán este infierno (8). Algunos buscarán alivio en el alcohol, las drogas, la prostitución, el trabajo o los amigos -dando así más pábulo a su mujer-, o desarrollarán trastornos psicológicos severos (depresión, violencia, problemas laborales, disfunciones sexuales, etc.)… sin atinar, desde luego, a divorciarse. Pese a sus tormentos y a menudo desde graves inmadureces afectivas o problemas de personalidad, son infantilmente dependientes de su verduga, a la que sienten inconscientemente como una madre justiciera que, en realidad, “suele tener razón y les da su merecido” (9). Son hombres débiles, inseguros, inhibidos, sin autoestima (aunque puedan tener un gran brillo en lo social, profesional, etc.), y sufren en secreto sintiéndose habitualmente confundidos, culpabilizados, anulados por la esposa. Les cuesta mucho discernir qué sienten, qué piensan, qué desean hacer ellos mismos con su matrimonio y con su vida, con independencia de la voluntad de la mujer, que tienen interiorizada de forma obsesiva.

De momento, no les cabe esperar mucha comprensión por parte de la sociedad, que contempla su problema con incredulidad, ironía o indiferencia. Después de todo, ¿no es muy habitual la relación entre una mujer “de carácter” y un hombre “obediente”? ¿No se dijo siempre que ellas son “princesas” y “madres” y que siempre mandaron “en casa”, mientras ellos “trabajan y pagan”? ¿Y no pensamos también que ellas son sensibles y amorosas por naturaleza, mientras que ellos son brutos, egoístas y educados para no llorar? ¿Por qué quejarse, entonces? Mientras “la sangre no llegue al río”…. Por eso, social y oficialmente, el sufrimiento masculino a manos de su mujer “no existe”.

Pero el tabú de la mujer maltratadora no sólo es perjudicial para los hombres, sino también, obviamente, para ellas mismas. Para las relaciones entre los sexos. Para el amor y la creación de familias. Para la crianza y la felicidad de los hijos. Para la paz y la justicia social. Etcétera. Este tabú impide a mujeres y hombres concienciar y resolver las bases neuróticas de su sadomasoquismo compartido. Las mujeres violentas, como los hombres violentos, no lo son por maldad o por gusto, sino por tremendos déficits emocionales infantiles. A causa de ello son niñas vacías, inestables, rabiosas, desesperadas. Por eso necesitan un “huésped” al que aferrarse y violentar. Desgraciadamente, muchísimas de ellas -dada la aquiescencia social- jamás advertirán su problema. Sólo sus víctimas, a veces, llegarán a pedir ayuda terapéutica y/o legal.

Dejo, en fin, estas reflexiones con la esperanza de que ayuden a arrojar un poco de luz sobre un problema muy extendido y, por negado, doblemente dramático.

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1. Por motivos didácticos, en este artículo nos referiremos tácitamente a los matrimonios, aunque el fenómeno es casi idéntico en cualquier tipo de convivencia.

2. Lo mismo sucede, obviamente, con muchos hombres. La psicodinámica de la violencia es similar en ambos sexos.

3. Una gran parte del maltrato emocional y físico en las familias, sobre todo contra los niños, proviene de sus madres.

4. Lo que caracteriza a la persona maltratadora no es que el otro no pueda ser también problemático (a menudo el maltrato es mutuo), sino que se siente por encima de toda autocrítica, de modo que cualquier posibilidad de comprensión, diálogo y solución está descartada de antemano. En realidad, la necesidad primordial inconsciente del maltratador/a es usar al otro/a como chivo expiatorio de su propia infelicidad intrínseca. Ver también “El narcisismo“.

5. Un ejemplo cualquiera visto en la calle: una pareja joven sale de un centro comercial. Hace mucho frío. Él va cargado con cuatro grandes bolsas y ella camina a su lado con las manos cómodamente metidas en los bolsillos. De pronto, unas testigas de Jehová se les acercan, cambian unas palabras con la mujer y le entregan una pequeña revista. Las testigas de Jehová se van. Al momento, la revista cae de la mano de la mujer y ésta, metiéndose de nuevo las manos en los bolsillos, se detiene y ordena al chico: “recógela”. Éste, refunfuñando, deja trabajosamente las bolsas en el suelo, obedece y le entrega la revista.

6. Por ejemplo, gritos, burlas, críticas, insultos, humillación privada y pública, indiferencia, coacciones, amenazas, prohibiciones, castigos, chantaje emocional y sexual, acoso físico y telefónico, mentiras, venganzas, destrozo de objetos personales, falsas acusaciones, falsas denuncias, celos paranoicos, envidias patológicas, lavado de cerebro, manipulación de los hijos, parientes y amigos, etc.

7. La persona narcisista, por definición, no puede vivir sin aferrarse y dominar/explotar al otro/a.

8. Un infierno voluntariamente silenciado por la propaganda estatal, de base feminista. Que yo sepa, desde 2006 se oculta en España toda información oficial sobre la violencia femenina contra los hombres. Se considera ideológicamente que cualquier violencia cuya víctima sea una mujer es “cultural”, machista, y no, como es lo habitual, neurótica, similar en hombres y mujeres, y necesitada de urgentes medidas terapéuticas y psicosociales. Por eso, en la práctica, la agresiva lucha contra la llamada “violencia de género” no es más que una vana y destructiva caza de brujas. Ver textos recomendados más abajo.

9. Casi siempre, en efecto, estos hombres sufrieron madres similares, o fueron criados bajo graves carencias, miedos o humillaciones que les hacen ahora “adaptarse” sin resistencias al maltrato. Lo mismo sucede con muchas mujeres violentadas, que también se resisten a separarse o vuelven a menudo con sus maltratadores.

 

Fuente: http://www.psicodinamicajlc.com/articulos/jlc/muj_malt.html#.VU98VXVJXCZ

El lento avance del masculinismo

El masculinismo es un movimiento relativamente pequeño, y aunque ha crecido en los últimos años, sigue siendo desconocido para la mayor parte de la sociedad. ¿Por qué el avance del masculinismo es tan lento, sobretodo si lo comparamos con el feminismo?

La primera parte de la respuesta es obvia: el feminismo es un movimiento mucho más antiguo y está arraigado en la universidad, la prensa, las instituciones gubernamentales, además de contar con una base más amplia entre la población (aunque proporcionalmente hablando también sea pequeña). Además, los movimientos que en el pasado ampliaron los derechos de los hombres estuvieron marcados por una identificación política, no de género, al contrario que el feminismo. Éste creó el género como categoría de análisis, negociando con los partidos políticos que finalmente adoptaron un carácter universalista.

Sin embargo, el lento avance del masculinismo en comparación con el feminismo también obedece a otro factor importante: su adecuación a los roles de género ya establecidos. En este artículo exploraremos por qué el feminismo encaja mejor que el masculinismo.

En una sociedad tradicional, la mujer ha de ser protegida y provista. Las exigencias del feminismo actual se siguen basando en estos dos factores: la protección y, en menor medida, la provisión. Como mencioné en una entrada anterior, los movimientos para acabar con la violencia contra las mujeres son muy numerosos, pese a que la inmensa mayoría de las víctimas de homicidio son varones.  Y si bien la tradicional provisión se ha modificado -con el feminismo exigiendo que se ofrezca a las mujeres las herramientas para proveerse a sí mismas como lo hacen los hombres- no se ha eliminado del todo. Sigue presente, por ejemplo, en las leyes de divorcio. El endurecimiento de la legislación para la violencia doméstica también se basa en esta dualidad de protección y provisión (en España se ofrece un salario a las víctimas del maltrato). Las exigencias actuales son otras: cuotas en la política, incentivos a emprendedoras y otro tipo de ayudas específicas para la mujer.

Antes de que mis comentaristas feministas se me lancen a la yugular diciéndome que esas medidas son necesarias, quiero recordarles que no estoy debatiendo la necesidad o no de esas leyes. Lo que estoy tratando de señalar es que suponen una continuación del discurso de protección y provisión de la mujer que existía antes del feminismo y se ajustaba a los roles de género tradicionales. La mujer pide y el hombre (o el Estado) protege y provee.

El hombre feminista, continuando con la idea anterior, también puede considerarse un heredero de los roles de género tradicionales. Defendiendo las causas de las mujeres, se reafirma en su rol caballeresco de protector. Gracias a él recibirá la atención y aprobación femeninas, algo que también ofrece un gran atractivo.

En el masculinismo, sin embargo, la transición de roles es mucho más difícil. ¿Dónde reside esa dificultad? Principalmente en la admisión de la vulnerabilidad masculina. Desde pequeño te enseñan a que no llores, porque no es de hombres, a que el dolor endurece el carácter y aguantar sufrimiento moldea tu hombría. La afirmación de que el servicio militar obligatorio te hace un hombre, por ejemplo, constituye una muestra.

Debido a que nuestra cultura valora la fuerza y dureza masculinas, admitir que el varón puede ser débil, que también sufre a causa de las presiones impuestas sobre su género, que debe ser protegido y provisto, no es una tarea fácil. Principalmente porque no acarrea ningún tipo de recompensa social. El varón feminista obtiene la atención y aprobación femeninas. El hombre masculinista recibe su reverso, tanto de hombres y mujeres feministas como de tradicionalistas: ridiculización, burla, sarcasmo y otros castigos. Si además tiene el atrevimiento de decir que sufre tanto o más que la mujer, su admisión de vulnerabilidad se vuelve imperdonable.  Y esto ocurre no porque el masculinista perpetúe su rol de género tradicional, sino precisamente porque rompe con él. Por no ser el varón estoico, fuerte y agresivo que todos desean para hacer de él un buen protector y proveedor, ya sea de la modalidad tradicionalista o feminista.

Ser mujer masculinista, por otra parte, es algo impensable para buena parte de la sociedad, puesto que la dinámica donde la mujer exige y el hombre provee ha sido constante desde el tradicionalismo hasta el feminismo. Véase cómo hoy el feminismo pide a los hombres que “cedan sus privilegios” y se espera que los hombres cumplan. La mujer masculinista también invierte los roles de género, al convertirse en protectora de los hombres y rechazar que su propia vulnerabilidad sea necesariamente mayor que la del varón.

En conclusión el masculinismo progresa despacio porque no se ajusta a las expectativas de género tradicionales, al menos en contraste con el feminismo. Pero no todo es negativo. El mejor aliado del movimiento reside en un medio de comunicación que hasta hace unas décadas era inexistente: internet.

El anonimato de internet permite a los hombres expresar su vulnerabilidad y examinar su opresión sin consecuencias negativas en su vida real, y les pone en contacto con otros que piensan de forma similar. La conversación virtual también consigue a menudo que más hombres despierten y examinen el sistema de género con una mirada crítica.

Debido al tabú de la vulnerabilidad masculina dudo mucho que el movimiento derive en la implantación de medidas políticas o sociales dirigidas hacia los hombres, al menos no a medio plazo. Sin embargo, armar a los varones con el conocimiento suficiente del sistema de género, les permitirá tomar mejores decisiones y aliviar las presiones de todos aquellos que buscan anular sus necesidades emocionales para beneficiarse de su hombría.

 

Fuente: https://quiensebeneficiadetuhombria.wordpress.com/2013/07/19/el-lento-avance-del-masculinismo/

La dictadura feminista cierra con amenazas una pagina web masculinista

Javier Díaz/Remitido.- El Ministerio de Equilibrio está cerrado y no tiene previsto reanudar su actividad. Miembros muy relevantes de la dictadura feminista parece que han puesto su mirada en nosotros y se proponen destruirnos a base de denuncias y amenazas de distinta naturaleza.

Como bien sabéis la dictadura feminista goza de interminables recursos económicos, de un gran poder político y de un gran poder judicial. Nosotros, por contra, sólo gozamos del valor en nuestros corazones, la verdad que nos guía y nuestra astucia a la hora de esquivar las balas. Ya solo podemos defendernos intentando desaparecer del punto de mira de aquellos que presumen hablar en nombre de todas las mujeres, los feministas. No es la primera vez que nos atacan. Ya se habían elevado quejas al Ministerio de Igualdad y al Instituto de la Mujer en el pasado. No tuvieron éxito. Somos conscientes tanto de que los crueles femitalibanes no cesarán en su intento de silenciarnos como de que ya no pueden tolerar que sigamos enseñando a la gente a descubrir hasta qué punto ha vivido engañada por la fe feminista. Si no es hoy, será mañana, pero será y la única forma de evitar esa batalla es desapareciendo.

Durante casi 5 largos años hemos trabajado duramente por denunciar todas las mentiras, los abusos y las injusticias que ha generado el feminismo. Por ello hemos sido duramente perseguidos, ofendidos, censurados y defenestrados de todas las formas posibles. Yo personalmente he sido amenazado de muerte en múltiples ocasiones, conozco el miedo a que me apaleen por la calle pues muchos feministas declaran querer hacerlo, conozco el miedo porque he visto el brillo homicida en los ojos de muchos feminazis, conozco el miedo a que un día vengan los gendarmes de género a detenerme a casa porque hayan recibido esas órdenes, conozco el miedo cuando suena el teléfono y es un número desconocido, conozco el miedo que hay que tenerles a los que se creen por encima del bien y del mal pues no son conscientes de su propia maldad. Tengo miedo a una administración de justicia para la que no soy más que un ciudadano de segunda categoría, tengo miedo a una administración de justicia que sólo administra injusticia y además le da igual hacerlo. Tengo miedo a que vuelvan a intentar hacer daño a mi familia (lo han intentado en varias ocasiones). Tengo miedo porque soy un hombre, no un gigante, ni un titán, ni un líder, ni un héroe. Sólo un hombre. Como hombre lamento no poder hacer más, amigos míos, lamento todos mis errores, sean los que sean, lamento mis flaquezas y lamento si alguno de vosotros creyó alguna vez que yo podría liderar la batalla final contra la ignorancia. No puedo hacer eso, pues sólo soy un hombre, nada más que un hombre.

Después de tantos años expuesto a la furia, la crueldad y la ceguera de un mundo que parece dispuesto a querer seguir dividido en dos mitades irreconciliables por una igualdad de laboratorio que no entiende de fraternidad, de amor, de concordia o de justicia las fuerzas humanas me fallan, el espíritu se me resquebraja y siento que estoy exhausto, agotado y débil. Al mismo tiempo siento cierta satisfacción del deber cumplido y creo que todos los colaboradores habituales del MdE pueden sentir lo mismo. Soy consciente de que hemos sido un gran referente del masculinismo en España, que hemos guiado a muchos hombres perdidos en la oscuridad de un mundo que les da la espalda y después les culpa por estar solos, que hemos apoyado a muchos hombres a entender por qué el mundo es tan distinto a como dicen los feministas que es. Hemos conseguido dotar al masculinismo de una robustez doctrinal de la que antes no gozaba. Hemos sabido lanzar sobre el hombre una mirada de amor totalmente opuesta a la mirada de odio animal que lanzan los feminazis. El hombre es bueno, ahora lo sabemos y además sabemos que no estamos locos por pensarlo y que no estamos solos por creerlo, sabemos que reconocer la bondad intrínseca al hombre no nos convierte en apestados o en enfermos. Durante una extrasístole en el MdE hemos podido ser hermanos, o casi. Si algo he aprendido estos años de lucha contra la represión feminazi es que reconocer la belleza intrínseca al hombre es irremediablemente formar parte de ella.

Quiero pensar que algo bueno y puro nacerá de todo esto. Antes no había huellas en el camino. Ahora sí las hay… ¿Quién sabe? Igual alguien las sigue. Si no lo hace nadie, por favor, hacedlo vosotros. Haced camino con vuestras pisadas. Recordad siempre que nadie podrá haceros nunca infelices mientras sintáis que sois dignos de vosotros mismos.

Durante unos días dejaré activa la cuenta de correo electrónico, así como las cuentas adscritas de youtube o facebook, para zanjar los temas puntuales que pudieran quedar pendientes. Después también estas cuentas se cerrarán o abandonarán.

Concluyo con una breve ADVERTENCIA a todos los feminazis que pudieran estar leyendo este mensaje:

Ni por un segundo penséis que me habéis vencido. Seréis ingenuos si creeis eso. Seguiré al acecho desde otros frentes, con otros métodos. Seguiré denunciando la barbarie hembrista mientras tenga aliento. Sigo en pie, sigo vivo, sigo alerta y ahora sé mejor que nunca que el MdE os ha molestado, os ha hecho daño y ha mostrado a España todas y cada una de vuestras miserias. Si no fuera así ni os tomaríais la molestia. Me veo reflejado en vuestros tanques, vuestro odio hacia la raza humana guía mis pasos como una estrella en el firmamento. Soy un hombre, llevo andando sobre la faz de la Tierra más de 10.000 años y no podréis vencerme. Nunca habéis podido. Si queréis que esta guerra termine tendréis que matarme, matarnos a todos, o cesar inmediatamante vuestra opresión. En cualquier caso caeréis. No importa lo que hagáis porque al final caeréis vencidos y la Humanidad orinará sobre vuestro recuerdo. Rezad aquellos de vosotros, miserables feminazis, que tenéis Dios porque a los demás la Historia no os perdonará y todo el legado que dejaréis en este mundo será el lamento y la vergüenza.

Gracias a todos por vuestra desinteredada colaboración, compañeros del equilibrio.

 

Fuente: http://www.alertadigital.com/2014/02/02/la-dictadura-feminista-cierra-con-amenazas-una-pagina-web-masculinista/

Los Masculinistas que luchan por los derechos de los hombres

Un movimiento de hombres cada vez mayor argumenta que la discriminación contra los hombres es muy frecuente. ¿Quiénes son los activistas y qué es lo que quieren?

Las feministas han pasado décadas tratando de conseguir la igualdad de remuneración y de derechos para las mujeres.

Como resultado, en muchos países, existen leyes contra la discriminación de las mujeres.

Ahora, un creciente grupo de activistas de derechos de los hombres dice que ellos carecen de tal protección.

Muchos de estos activistas también creen que los medios de comunicación permiten a las mujeres ridiculizar a los hombres de una manera que sería impensable si los roles de género se invirtiesen.

Un nuevo libro, “El Segundo Sexismo”, denuncia que en una amplia gama de frentes, desde el gobierno, los tribunales y las escuelas, los hombres están siendo discriminados.

David Benatar, profesor de Filosofía de la Universidad de Ciudad del Cabo, y autor del libro, argumenta que a lo largo del mundo los hombres tienen más probabilidades de ser reclutados en el ejército, ser víctimas de la violencia, perder la custodia de sus hijos y suicidarse.

La ley de custodia es quizás el área más conocida del movimiento por los derechos de los hombres. Padres divorciados escalando edificios vestidos con trajes de Batman como medio de protesta son imágenes bastante familiares en el Reino Unido.

Los activistas reconocen que la educación es otra área donde los hombres se están quedando atrás.

Las pruebas realizadas en 2009 por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos mostraron que los niños están un año por detrás de las niñas en la lectura en todos los países industrializados. Y en la actualidad, la mayor parte de estudiantes son mujeres, dice Benatar.

“Cuando las mujeres están subrepresentadas en los puestos ejecutivos en las empresas se considera discriminación. Sin embargo, cuando los niños se están quedando atrás en la escuela o cuando el 90% de las personas en prisión son hombres, nunca hay una reflexión sobre si los hombres son objeto de discriminación”, sostiene.

La igualdad de retribución es el barómetro en los países desarrollados como Reino Unido. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la brecha salarial de género es todavía profunda en muchas profesiones. Las mujeres ganan un promedio de US$13.000 menos que un hombre como abogados, US$22.000 menos como directoras ejecutivas y US$14.000 menos como médicos.

El panorama podría estar cambiando

El año pasado, las universidades descubrieron que, por primera vez, las mujeres de 22 a 29 años han superado a los hombres en salario.

Dichas controversias están alimentando la sensación de que los hombres necesitan establecer sus propias estructuras de apoyo. La Red de Hombres, una organización sin fines de lucro de Brighton, en el sur de Inglaterra, tiene como objetivo ayudar a “cada hombre y a cada niño en nuestra ciudad a alcanzar su máximo potencial”.

La popularidad de la campaña contra el cáncer de pecho hizo que surgiera otra contra el cáncer de testículos.

Desde la asociación comentan que enfermedades masculinas, como el cáncer de próstata y de testículos no se toman tan en serio como algunas enfermedades que sólo afectan a mujeres.

Aoirthoir An Broc, diseñador de páginas web en Cleveland, Ohio, y fundador de la Asociación Internacional de Masculinistas, tiene previsto crear el primer refugio para víctimas masculinas de violencia doméstica en Estados Unidos. Afirma que hay una suposición de que las mujeres son siempre inocentes y los hombres agresores. En respuesta, ha acuñado el término “todos los hombres son buenos” para contrarrestar la percepción negativa.

“Nosotros decimos que todos los hombres son hombres, todos los hombres son buenos, todos los hombres son dignos de amor y respeto sin importar la raza, la sexualidad ni la religión. No creemos en las definiciones culturales de los hombres”.

También hay un contexto cultural. Algunos de los derechos de los hombres tienen relación con las preocupaciones de las feministas. Por ejemplo, la imagen del cuerpo masculino es un problema creciente.

Y hay algunos que piensan que mientras el feminismo se ha ocupado de la discriminación contra la mujer, las actitudes anticuadas hacia los hombres no se han abordado.

Tom Martin llamó la atención el año pasado tras demandar a la London School of Economics por sexismo.

Dice que se radicalizó cuando trabajaba como camarero en un club en el Soho. “Pude ver que los clientes masculinos estaban siendo abusados”, dice.

Los hombres se veían obligados a hacer cola y a menudo tenían que pagar, mientras que las mujeres entraban gratis. Los porteros les animaban a irse, mientras que las mujeres eran tratadas con respeto. Pero lo peor de todo, cree él, es que los hombres eran utilizados a menudo por las mujeres para que les invitaran unas copas.

Pero Martin dice que todo tiene que ver con el sexo.

“Desde la aparición de la píldora se ha dicho a las mujeres que pueden y deben tener orgasmos. Y como muchas no pueden, culpan a los hombres”.

Martin concluye que “es el trabajo de las mujeres hacerse feliz sexualmente, no es la carga de un hombre”.

El psicólogo Oliver James cree que los hombres se sienten “sexualmente amenazados”.

El dominio femenino

Las mujeres ya no son reticentes sobre el sexo o las expectativas de un amante. Además, son ahora más propensas a hablar en público del desempeño sexual del hombre e incluso burlarse de los hombres que “no son especialmente imaginativos o inteligentes” en la cama, argumenta.

Kat Banyard, autor de “La Ilusión de la Igualdad”, dice que los hombres cometen el error de temer el feminismo cuando les ofrece la liberación de una masculinidad obsoleta.

“Hay una creencia de que el feminismo es un juego de suma cero y que los hombres están perdiendo”.

Argumentar que los hombres son ahora las víctimas de la lucha de género es absurdo, dice ella. “Durante miles de años, las mujeres fueron tratadas como ciudadanos de segunda clase. Hemos empezado a cambiar eso en los últimos dos siglos y hay un largo camino por recorrer. Los activistas masculinos están negando la historia”.

Defensores de los derechos masculinos han tenido problemas para despojarse de su imagen malhumorada, dice Tim Samuels, presentador del programa radiofónico “La Hora del Hombre”, que se emite en Radio 5, de la BBC.

La mayoría de los hombres no se ven a sí mismos como parte de un movimiento, dice Samuels.

E independientemente de lo que uno pueda pensar de los activistas por los derechos de los hombres, hay cuestiones importantes, como el hecho de que los hombres jóvenes son tres veces más propensos a suicidarse que las mujeres jóvenes.

“El movimiento de hombres tiende a ser rechazado como un grupo de hombres que escalan edificios vestidos como Supermán, mientras que al movimiento de mujeres se les da credibilidad”, dice Samuels.

 

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/05/120503_padres_activistas_il.shtml