¿Hay que obligar a comer a los niños?

Nadie en su sano juicio volvería a un restaurante en el que el camarero le obligase a comer todo lo que ha pedido, ni a quedarse pegado en la silla hasta acabar, ni escogiera los alimentos, la cantidad e incluso la velocidad a la que el comensal tiene que acabar el plato. Y, sin embargo, para muchos niños, quizás la mayoría, este es el pan de cada día (literalmente) tanto en casa como en el comedor escolar.

En su libro Mi niño no me come, una biblia para padres desesperados, el pediatra Carlos González incluye a modo de epílogo un cuento titulado La carga de la brigada nutricional que sucede en un país imaginario donde una “policía nutricional” obliga a los comensales a acabarse sus raciones, por las buenas o por las malas. El mensaje del libro, según resume el propio González, es este: “No obligue a comer a su hijo. No le obligue jamás, por ningún método, bajo ninguna circunstancia, por ningún motivo”.


Los comedores escolares son uno de los lugares donde a los niños se les suele obligar a comer. Foto: Comer o no comer

Para aquellos que hayan vivido la tortura de los comedores escolares (con sus ingeniosos métodos para librarse de alimentos, como envolver el filete en la servilleta o incrustar el huevo frito bajo la silla) o la presión de un hogar en el que se sirve para la cena el pescado que se rechazó en la comida, las palabras de González suenan a música celestial. Pero ¿son realistas? O, dicho de otra manera, ¿por qué tantas víctimas de estos atropellos se empeñan en que sus propios retoños, cuando los tienen, dejen el plato niquelado? El 85% de los padres obliga a comer a sus hijos cuando ya han saciado su apetito, de acuerdo con el estudio realizado en la Universidad de California y titulado Sólo tres bocados más.

La respuesta parece estar en la pertenencia en masa al “Club del plato limpio”. Sus socios tienen más riesgo de padecer obesidad años después, como prueban estudios como Consecuencias de pertenecer al club del plato limpio, de la Universidad Cornell de Ithaca. Instar al niño a que coma sólo tres bocados más es contraproducente, recuerda Julio Basulto, nutricionista y autor de Se me hace bola. Basulto, que considera “vejatorio, innecesario y contraproducente” obligar a comer al niño o castigarlo por no comer, recuerda que numerosos estudios, como este otro publicado en la revista Appetite, prueban que insistir al niño para que coma verduras simplemente no funciona. “No sabemos por qué. La teoría que más me convence es que prohibir es despertar el deseo. Dar buen ejemplo sí se traduce en que el niño coma más saludable”.

Además de dar ejemplo, hay que evitar colocar en la mesa alimentos no saludables. “En algunas casas a la hora de la comida no se bebe agua, sino Coca-Cola. No hay pan integral, sólo blanco. Ni cereales integrales. Hay derivados cárnicos a mansalva. A media tarde toman un postre lácteo en lugar de fruta”, señala Basulto a Verne. “No soy muy partidario de hablar de qué es una dieta sana; prefiero explicar que las cosas que no son comida no deberían estar frecuentemente en su mesa”.

Cuando uno de cada tres niños padece sobrepeso u obesidad, merece la pena replantearse el método tradicional de alimentar a los pequeños, que viene a consistir en que coma, tanto si tiene hambre como si no. Partimos de la base de que todos los animales de este mundo comen lo que necesitan, y de que cada uno elige, además, la dieta adecuada para su especie. Como escribe González, no se encuentra uno, paseando por el campo, bichos muertos porque nadie les dijo que tenían que comer.

Podemos comenzar por cuestiones como estas:

¿Cuánto hay que llenarle el plato al niño?

“No hay una noción”, dice Basulto, padre de tres hijas. “Si deja algo, es que le has puesto mucho y al día siguiente lo reduces. Lo que se ha dejado se lo retiras y tan amigos. Los cálculos que se hacen sobre cuántas calorías necesita comer un niño tienen una desviación estándar muy grande. Tu hija puede necesitar la mitad de calorías que otra niña de su edad de su mismo sexo, talla y peso. ¿Quién sabe cuántas calorías necesita tu hija? Tu hija, nadie más”.

El pediatra Jesús Garrido cree, por su parte, que en España hay dos problemas con las cantidades de comida que se ofrecen. El primero es que las abuelas son de la época de la postguerra, donde el hambre en muchas familias fue una realidad, y es difícil convencerlas de que un niño puede estar sano sin estar gordo. La segunda es que en la cultura mediterránea toda actividad social gira en torno a la comida y nuestra dieta está muy condicionada por la forma en la que compartimos la comida a escala social. “En verano es raro quien no engorde en un país en el que se puede comer y cenar en la calle consumiendo comida como parte del ocio”, señala.


Un niño de nueve meses y un plátano, a la misma escala. ¿Dónde lo va a meter? Foto: ilustración de ‘Mi niño no me come’, de Carlos González.

¿Qué pasa cuando el niño está en un percentil bajo?

Garrido cree que las tablas de peso, longitud y perímetro craneal son una herramienta útil, pero también peligrosa. “Si no se usan y sobre todo si no se explican adecuadamente son uno de los desencadenantes de problemas con la comida más frecuentes”, señala. “Hay que entender que estas tablas se hacen usando datos sólo de niños sanos. Y que un percentil 3 por ejemplo, que para muchos es un criterio de peso bajo en sí mismo, sólo significa que el 3 por ciento de los niños sanos de esa edad están por debajo de esa cifra”.

El problema está en que se interpreta como una escala de aprobado o suspenso, dice Garrido. “Cuanto más alto está en peso y talla mejor lo interpretan los padres. Y estar por debajo de la media es visto como un suspenso. Cuando los niños que hay por encima y por debajo están igualmente sanos. Si esto no se explica bien, enterarse de que su hijo está por debajo de la media es para muchos razón para forzar al niño a comer más. Cuando el niño estaba sano y no lo necesitaba, al hacer esto aseguramos que aparezcan problemas de relación con la comida”.

¿Cuáles son las consecuencias de utilizar la comida como herramienta para inculcar obediencia?

“Si mezclas mente, estómago y corazón, complicación”, resume el pediatra Garrido. “Si no queremos que nuestro hijo use la comida como pieza de cambio y se focalicen en la comida otros problemas, no debemos dar a la alimentación más importancia de la que tiene ni una función diferente”, sostiene. “Los únicos objetivos que deberíamos plantearnos con la comida son que el niño tenga una dieta variada porque se la ofrezcamos; que sea él y sus mecanismos de regulación quienes decidan las cantidades y los horarios mientras no haya un problema claro.

Basulto, por su parte, cree que estos comportamientos se asocian con más riesgos de obesidad, trastornos alimentarios, y obsesiones que nos acompañan a lo largo de la vida. “Si el helado era una recompensa cuando eras pequeño, quizás de mayor, cada vez que tengas un conflicto emocional necesites comer helados”.

“El problema más habitual de un niño pequeño con la comida”, escribe González, “es el intento de los adultos de intentar obligarle a comer. Es un grave problema que produce sufrimiento, angustia, humillación, vómitos e incluso, si se tiene éxito, obesidad. El motivo suele ser la visión distorsionada de los adultos sobre cuál es la cantidad normal de comida que necesita un niño, y la falta de respeto hacia el niño como ser humano”.

¿Qué hacer cuando el niño rechaza la verdura?

Lo primero es retirar los alimentos no saludables. Con un magnum de chocolate, dice Basulto, un niño puede haber cubierto buena parte de las necesidades calóricas del día. “Luego no tiene hambre, y así no va a comer verdura o fruta, mucho menos apetitosas”. Lo segundo es dar ejemplo. Y en tercer lugar, no hacer nada; no felicitar ni castigar, ningún intento de modificar su comportamiento: se sabe, como señalamos antes, que premiar es contraproducente. “Pero tenemos que haber dado los dos primeros pasos. Decirle al niño algo así como ´Qué bueno está este brócoli. Fíjate que cardioprotector y antioxidante´ no es más que una manipulación”, dice Basulto.

Y un recordatorio importante: a los niños españoles no les faltan vitaminas y minerales. Les sobran calorías, grasas y azúcares. No es cuestión de añadir nutrientes, es cuestión de retirar calorías vacías de su alimentación. “Tenemos que tener una relación más normal con la comida”, resume Basulto. “Tan normal como respirar o pestañear”. A nadie se le obliga a eso.

El amor es una evolución natural beneficiosa para la especie

Aunque pueda sorprendernos, la idea de emparejarse por amor es un “invento” relativamente reciente, al menos en nuestra especie. Hoy nos parece normal, pero en el pasado muchos matrimonios se hacían por conveniencia, como explica la historiadora Stephanie Coontz en su libro «Historia del matrimonio». Surgido inicialmente como un contrato o alianza entre grupos (clanes, familias y linajes), más que entre una pareja, la «revolucionaria» idea de casarse por amor no se impuso hasta el siglo XVIII.

Sin embargo, hoy en día, los humanos somos extremadamente exigentes cuando se trata de emparejarnos. Una exigencia que ha ido “in crescendo” a medida que las mujeres han adquirido independencia económica para rechazar casarse si no encuentran un compañero adecuado o para dejar a su pareja cuando se sienten infelices, resaltaba Coontz en una entrevista concecida a ABC en 2006.

¿Pero cuál es el punto de vista evolutivo sobre este tema? Un estudio que se publica en la revista PLoS Biology podría tener la respuesta. Investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología, de Alemania han ideado un elegante diseño experimental para aclarar esta peliaguda cuestión de la elección de pareja, a la que dedicamos gran cantidad de tiempo en la fase previa del cortejo, que incluye ilusiones y también frustraciones.

Y para ello han utilizado al pinzones cebra, también conocido como diamante mandarín, unos pájaros australianos que ya se han prestado en otras ocasiones a estudios sobre la fidelidad. Aprovechando las similitudes de estas aves con nuestra especie, en el cortejo, la monogamia y el cuidado de las crías, los investigadores establecieron una sesión de “citas rápidas”, dejando a grupos de 20 hembras elegir libremente entre 20 pinzones macho.

Una vez que las aves se habían emparejado, a la mitad de las parejas se les permitió una vida de felicidad conyugal. Sin embargo, la otra mitad tuvo peor suerte. Como una reminiscencia de lo que ocurría en el pasado con los matrimonios humanos, los investigadores separaron a la feliz pareja y obligaron a cada integrante a unirse con otro compañero distinto del elegido.

Tanto a las parejas felices como las de “conveniencia” (de los investigadores, en este caso) las dejaron criar libremente y evaluaron su comportamiento mediante el número de los embriones y pollos muertos así como hijos supervivientes.

Sorprendentemente, el número final de pollos supervivientes fue un 37% mayor en el caso de las aves que se habían emparejado “por amor” que en las parejas impuestas. Los nidos de parejas formadas sin posibilidad de elección tenían casi tres veces más huevos no fecundados que las de las de libre elección, y un mayor número de huevos fueron escondidos o se perdieron.

También murieron muchos más pollos de estas parejas después de la eclosión. La mayoría de las muertes ocurrieron dentro de las primeras 48 horas, un período crítico durante el cual los padres obligados a emparejarse eran notablemente menos diligente en sus deberes con las crías que los de las parejas felices.

Pero por lo que parece, la cosa venía de atrás. El noviazgo de ambos tipos de parejas -felices y obligadas- mostró algunas diferencias notables. En primer lugar, aunque los machos de las parejas obligadas prestaban la misma atención a sus compañeras que los de las parejas felices, las hembras eran mucho menos receptiva a sus iniciativas y tendían a aparearse con menos frecuencia.

Además, al analizar la armonía de las parejas, los investigadores vieron que las que no tuvieron elección eran en general mucho menos “tiernas” que las felices. También registraron un mayor nivel de la infidelidad en las aves de las parejas obligadas.

Los investigadores concluyen que las aves varían bastante en sus gustos y eligen compañeros que encuentran estimulantes de alguna manera que no es necesariamente obvia para un observador externo. La elección hace que las hembras de pinzón tengan mayor probabilidad de éxito en la cópula y promueve el compromiso paterno durante el tiempo necesario para criar a la nidada. En conjunto, esto maximizaría la probabilidad de que la pareja perpetúe sus genes a través de una descendencia próspera.

¿Suena familiar? Es probable que el juego de la seducción en nuestra especie tenga una finalidad parecida para garantizar que durante la larga fase de dependencia de los hijos obtendrán el apoyo de sus padres.

De hecho, los resultados de estos autores son coherentes con algunos estudios sobre las diferencias entre matrimonios basados en el amor y los llevados a cabo por conveniencia en la sociedad humana.

De ahí que dediquemos tanto tiempo y esfuerzo a la fase previa de cortejo, pese a que en algunos casos obtengamos frustraciones.

Fuente: http://www.abc.es/ciencia/20150914/abci-amor-fidelidad-parejas-201509142025.html

10 ejemplos de problemas de los hombres que a los medios les encanta Ignorar

Seamos realistas: no es fácil hablar de los problemas de los hombres. En primer lugar, está el hecho de que las mujeres tienen muy muy objetivamente peor. En segundo lugar, está el hecho de que la mayoría de los hombres el poder sería más bien en silencio a través de sus problemas de hablar de ellos – como si la hombría solo pudo detener el cáncer de próstata en sus pistas. En tercer lugar está la mala costumbre de activistas de los derechos llamados de los hombres a su vez todos los debates sobre el tema en un pozo negro de la misoginia.

Pero no nos engañemos: hay algunos problemas en nuestro mundo moderno que afectan desproporcionadamente a los hombres, y nuestros medios de comunicación dominado por los hombres es casi un extraño silencio sobre ellos. Estoy hablando de cosas como:

10Violencia

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No es ningún secreto que los hombres llevan una vida más violentos que las mujeres. Somos más propensos a ser asesinados, más probabilidades de ser ambos los autores y las víctimas de delitos violentos, más propensos a unirse a las pandillas y más probabilidades de conseguir el culo arrojados en la cárcel. De hecho, las únicas áreas donde las mujeres son más propensos a ser víctimas de la violencia que los hombres-doméstica abuso y asalto-son sexual en categorías donde los autores son con frecuencia masculina. En otras palabras, la violencia por lo impregna por completo todos los aspectos de nuestra vida que termina dañando a todos, independientemente de su sexo. Entonces, ¿qué está pasando?

Bueno, es casi seguro que sus raíces en la infancia. Los niños tienen más probabilidades de ser golpeado en la escuela que las niñas, y los padres son mucho más propensos a fomentar peleas entre chicos. Piense en esto: si una de sus primeras experiencias se está contando a golpear a ese chico que te insultó, no es ninguna gran salto imaginar que llegaríamos a la violencia pensamiento adultez era la respuesta correcta a, bueno, todo. Y puesto que nuestra cultura le encanta premiar la agresión en la sala de juntas, en el campo deportivo, en el ejército, es fácil ver por qué desaprender esa lección podría ser casi imposible.

9Depresión

Depresión
La depresión en sí no es únicamente un asunto de hombres. Afecta a las personas en todos los puntos en la escala social y puede destruir tu vida, no importa lo que los cromosomas que tiene. De hecho, un estudio del Reino Unido fue más lejos al sugerir que las mujeres son ligeramente más propensos a sufrir ansiedad o depresión que los hombres, por lo que podría estar preguntándose por qué demonios me incluido aquí. La respuesta es tan simple como es triste: los hombres absolutamente chupan en el manejo de la enfermedad mental.

Sin bromear. Considerando que las mujeres son propensas a buscar ayuda para problemas mentales, que los hombres somos expertos absolutos enfingiendo no hay nada malo – incluso si nos estamos muriendo por dentro.Y eso es un gran problema, ya que no conseguir ayuda puede conducir por un camino muy oscuro por cierto. En este momento, el suicidio es la principal causa de muerte de hombres jóvenes en Gran Bretaña, con los Estados Unidos no se queda atrás. Para decirlo sin rodeos, si usted es joven y tiene un pene que es más probable que matar a ti mismo que estás morir por alguien más – incluso en una zona de guerra activa. Leer eso otra vez: el asesino más grande de nuestras tropas en Afganistán no es bombas, disparos o el terrorismo. Es un suicidio. Por los derechos de éste debería ser un escándalo nacional. Pero a causa de nuestras ideas tontas de la masculinidad que nadie siquiera quiere hablar de ello – y vidas jóvenes continúan siendo desperdiciado.

8Educación

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Nosotros (con suerte) todos sabemos a estas alturas que ni el género es más innatamente inteligente que el otro. Entonces, ¿qué se puede esperar para ver si uno mira en las tasas de graduación en todo el país? ¿Un campo de juego nivelado? No exactamente.

Los estudios muestran una gran brecha de género apertura en la educación; pero no en la forma en que su sexista bisabuelo habría supuesto. En prácticamente todas las medidas de logro, nosotros, los hombres se arrastraban las mujeres por un margen embarazoso. Sesenta por ciento de todos los grados de licenciatura en los Estados Unidos estánocupados por mujeres, con un número similar en Gran Bretaña. Si bien esto es muy bueno para la hermandad, que conduce a algunas consecuencias sociales impactantes. La tasa de desempleo juvenil de los abandonos varones negros, por ejemplo, es actualmente de más del cincuenta porciento, un número tan grande que es irreal. Entonces, ¿qué está causando esta tendencia destructiva?

Bueno, puedes poner eso a nuestras buenas expectativas masculinas viejos de nuevo. Según Los Angeles Times, sólo la mitad de todos los niños esperan a trabajar en empleos profesionales bien remunerados cuando sean mayores, en comparación con casi tres cuartos de las niñas. En otras palabras, estamos de alguna manera la enseñanza de muchachos jóvenes que, o bien el aprendizaje es “cosas de niña, o que no tiene sentido en ser aspiracional. De cualquier manera, es un infierno de lección tonto.

7Salarios

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Usted probablemente ha oído hablar de la brecha salarial de género. Se trata básicamente de una manera educada de decir que nuestra sociedad está jodido que pagan un conjunto de los asalariados más que el otro, basado en nada más que la forma de sus genitales. Actualmente, las mujeres ganan en promedio sólo el ochenta por ciento de lo que los hombres hacen, por lo que puede ser tentador para animar cuando escuchas la tendencia se está invirtiendo. Hasta que te das cuenta de lo que eso significa en realidad.

Mediante el análisis de los salarios de los trabajadores de 147 de las mayores ciudades de Estados Unidos, los investigadores descubrieron que las mujeres solteras, sin hijos menores de 30 años están ahora haciendo un ocho por ciento más de sus equivalentes masculinos. En Atlanta y Memphis, que estaban haciendo un asombroso veinte por ciento más; con mujeres de Nueva York no se queda atrás con un extra de diecisiete por ciento. La razón principal de esto es la brecha educativa que acabamos de hablar – las mujeres como grupo son más cualificado, por lo que por lo tanto tienen derecho a ganar más. La respuesta sensata sería que los principales medios de comunicación que utilizan esta historia como una forma de centrar la atención en triste falta de aspiración chicos, con el objetivo de crear una sociedad igualmente educados y pagado. En su lugar está en gran parte siendo ignorado por todos, pero los tipos ‘de los derechos de los hombres’ enojados, que no está ayudando en absoluto.

6Abuso Doméstico

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Es un hecho deprimente de la vida que algunas personas se bajan en el control de otros. Puesto que la vida es horrible, esto a menudo se traduce en matrimonios donde un solo socio física o emocionalmente abusa del otro. Por lo general, las víctimas son mujeres y el abusadores masculinos – de ahí la existencia de refugios y organizaciones de caridad de las mujeres y así sucesivamente.

Afortunadamente, décadas de esfuerzo ha hecho que las mujeres sean más conscientes de su existencia y eliminado el estigma de la búsqueda de ayuda. Lo mismo no puede decirse de los refugios de los hombres.
The Guardian reveló recientemente que el cuarenta por ciento de todas las víctimas de violencia doméstica del Reino Unido son hombres. En Estados Unidos, las cifras son casi tan malo. Sorprendentemente, más hombres casados ​​eran víctimas de abuso que las mujeres en 2012 – sin embargo, los refugios de los hombres siguen siendo casi inexistente. En el Reino Unido, por ejemplo, hay 33 camas disponibles en todo el país, en comparación con 4000 para las mujeres. Lo peor de todo, (masculinas) los agentes de policía son a menudo indiferente a abusar de las víctimas, lo que lleva a una tasa de condenas alarmantemente bajo, incluso para los estándares de violencia doméstica. Para toda una serie de razones estúpidas, nuestra cultura sigue viendo hombres que son maltratados por las mujeres como patéticos, cobardes y hasta que no lo merecen de simpatía. Y eso tiene que cambiar, porque las víctimas son víctimas, sin importar quiénes son.

5cáncer de próstata

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El problema con la escritura de un artículo como este es que puede muy fácilmente sonar como un aburrido hombres v mujeres. Polémica. Así que cuando abro esta sección diciendo que la investigación del cáncer de mama atrae más fondos que cualquier otro tipo, que sepas que quiero decir esto quiero decir que en el buen sentido. El cáncer de mama es un asesino, puro y simple, y no creo que un centavo gastado en la investigación de vencer debe ser gastado en otros lugares. Sin embargo, sería bueno ver a una cantidad igual, habiendo resucitado de la investigación del cáncer de próstata, especialmente teniendo en cuenta los riesgos involucrados son casi idénticos.

Sinceramente: según el Instituto Nacional del Cáncer, uno de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama durante su vida, mientras que uno de cada siete hombres tendrá cáncer de próstata. Pero, a diferencia del cáncer de mama, nadie ha sido aún suficientemente valiente como para comenzar una discusión medios de comunicación sobre el cáncer de próstata; es decir, la idea de, por ejemplo, haciendo un divertido plazo para recaudar dinero para la investigación todavía se considera un poco raro.Hay literalmente no hay razón para que este estado de cosas para existir, y sin embargo lo hace. ¿Por qué? ¿Quién diablos sabe.

4muertes en el trabajo

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Si quieres escuchar una estadística sorprendentemente extraño, que no vienen mucho más impactante o extraño que esto: los hombres representan el noventa y tres por ciento de todas las muertes en el trabajo en los Estados Unidos. El noventa y tres por ciento. Eso es un número tan desproporcionado que no debería ser posible incluso por las mujeres de accidentes, sobre todo teniendo en cuenta trabajar cuarenta y tres por ciento de todas las horas trabajadas cada año. Esto no es una pieza palmitas de datos, ya sea: este artículo desde allá por 1995 informes números similares.

Obviamente, la mayor parte de esto tiene que ver con los hombres de cuello azul tiende a trabajar los trabajos más peligrosos. Los pescadores, leñadores y conductores de camiones tienen las tasas de mortalidad más altas del país, seguido por los pilotos de líneas aéreas y los ingenieros de vuelo. Pero el hecho es que ser hombre te hace más probabilidades de morir en el lugar de trabajo; un hecho extraño e inquietante que va casi en su totalidad no declarada.

3Falta de vivienda

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En 2007, una encuesta realizada por el Congreso de los alcaldes estadounidenses encontró que casi el setenta por ciento de las personas sin hogar americanos eran hombres. Como una proporción que es absurdo.¿Y adivina qué? En otros países es aún peor: una encuesta aleatoria en Amsterdam coloca el porcentaje de personas sin hogar que eran de sexo masculino en un estupefaciente ochenta y ocho por ciento. Incluso en los países con una menor brecha de género, al igual que Australia, los hombres siguen representando más del cincuenta por ciento de la población sin hogar en general. Y una vez que estás en la calle, la brecha de género sólo empeora. Según un informe de Dinamarca, hombres sin hogar mueren un promedio de cinco años antes que las mujeres sin hogar.¿Cómo una diferencia tan grande es incluso posible que no sé. Pero para toda una serie de razones, cada una de ellas, probablemente, más estúpido que el anterior, los hombres son estadísticamente más propensos a terminar en la calle y morir antes una vez que llegan allí. Y los medios de comunicación responde haciendo todo lo posible para ni siquiera mencionar este problema.

2Juzgados de Familia

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Hace un siglo más o menos, las mujeres, básicamente, no tenían derechos.Los maridos podían violar a sus esposas, los golpearon y les niegan el acceso a sus hijos. Así que nosotros, los hombres son una diablos de un largo camino de tener cosas tan mal como nuestros tatara-bisabuelas.Pero es un hecho preocupante de que el sesgo se ha deslizado en el sistema de tribunales de familia moderna, y no está haciendo ningún favor a nadie.

En 2008, la revista Newsweek señaló que las mujeres ganan batallas única de custodia cinco de cada seis veces. Como abogado de familia David Pisarra señaló recientemente en el Huffington Post, la razón de esto es un sexismo básica por parte de varones jueces -quienes conservadores tienden a todavía piensan las mujeres deben estar en casa con los niños mientras que los hombres están ganando dinero. Esto conduce a un extraño estado de cosas en que los hombres a menudo son considerados automáticamente de ser un mal padre, incluso en los casos en que manifiestamente no lo son.

Ahora, yo no estoy diciendo que no hay malos padres. O que el divorcio se traduce automáticamente en los niños sin padre: encuestas sugieren la mayoría de las parejas están bien dividir los derechos de visita por sí mismos. Sin embargo, debemos buscar a expulsar a cualquier sesgo que vemos en la corte del sistema, no importa cuán pequeño. De lo contrario no tenemos igualdad real.

1La masculinidad

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De todos los problemas que he mencionado anteriormente, ninguna es tan perjudicial para los hombres como nuestras propias nociones de masculinidad. Para todos los comentaristas de Internet les gusta afirmar el feminismo es la celebración de los hombres atrás y convirtiéndonos en víctimas, la realidad es que estamos haciendo un buen trabajo a la perfección de nosotros mismos. Como padres, les enseñamos a los niños a arremeter en lugar de contenerse. Como una cultura que enseñamos a los hombres a ocultar sus emociones, aún si no los mata. Como sociedad enseñamos chicos para apuntar bajo y no educamos a sí mismos por un trabajo bien remunerado. Y mira dónde nos tiene: propensos al suicidio, con tendencia a la falta de vivienda, a menudo incapaces de ver a nuestros hijos y poco dispuesto a enfrentar la violencia con cualquier cosa, sino más violencia. Como el periodista Aliado Fogg dijo recientemente:

“La verdad es que incluso si todos los feminista de cada sabor único abandonó el feminismo hoy y volvió a la cama con un buen libro para el resto de su vida, tendría apenas un ápice de diferencia con respecto a los problemas reales y significativos que enfrentan los hombres. “

Y, hasta que encontremos una manera de separar aquellas partes buenas de tradicional la masculinidad de los absurdos que dañan queridos, esto va a ser siempre el caso.

 

Fuente (Inglés): http://listverse.com/2013/06/25/10-examples-of-men39s-issues-the-media-loves-to-ignore/#.Vfadb1mnTIg.twitter

Violaciones, anorexia y otros males que también sufren los hombres

Muchos de ellos, víctimas de maltrato, no hablan por vergüenza. Solo el 10 % denuncia su caso.

En promedio, cada cuatro días un hombre es violado en Colombia. Al mismo tiempo, cientos padecen cáncer de mama, anorexia, bulimia o acoso sexual. Y a diario, el Instituto Nacional de Salud (INS) registra una media de 30 casos de hombres, de todas las edades, que sufren maltrato doméstico, violencia sexual o violencia psicológica.

Pero ellos no solo son víctimas de estos azotes, sino que a su dolor deben sumarle los prejuicios, el desconocimiento y el rechazo social por padecer males que afectan mayoritariamente a las mujeres.

Casos de anorexia masculina, difíciles de identificar y están en aumento

Apenas uno de cada 100.000 hombres padece anorexia o bulimia, una tasa diez veces menor que la de las mujeres, pero que va en aumento.

La psicóloga clínica Juanita Gempeler y la psiquiatra clínica Maritza Rodríguez, a cargo del Programa Equilibrio, especializado en el diagnóstico y tratamiento integral de los trastornos de la conducta alimentaria, han visto tan solo 20 casos en sus 17 años de experiencia.

Desde hace mucho tiempo –cuentan– ellos son las víctimas invisibilizadas de la presión sobre la apariencia física. Sin embargo, son los que menos consultan. “Les cuesta trabajo, temen mucho pedir ayuda porque asocian este problema con una enfermedad ‘femenina’ y no quieren ser tildados de gais”, explica una de las doctoras, quien aclara que, si bien es cierto que la proporción de homosexuales con esta patología es mayor, no existe ninguna correlación.
Por ejemplo, sí la hay en las relaciones familiares: una persona con trastornos alimentarios en la familia aumenta en cuatro veces la probabilidad de que otro familiar la desarrolle.

Aunque las consecuencias y el desarrollo de la enfermedad no difieren mucho entre ellos y ellas, los hombres se preocupan más por la forma del cuerpo que por el peso y en lugar (o además) de vomitar o dejar de comer, se obsesionan con el ejercicio, según una investigación de la Universidad de Montreal, que examinó 24 estudios elaborados a lo largo de 15 años sobre las historias clínicas de 279 pacientes.

El psiquiatra Jorge McDouall, asesor en salud mental del ministerio del ramo, advierte que la anorexia y la bulimia trascendieron las modas y se convirtieron en una tendencia cultural “de la mano de la tendencia por ser más sanos”. “Con las redes sociales, los jóvenes están más expuestos, y ese es otro factor de riesgo”, añade. Aunque los jóvenes no son los únicos: en la mediana edad “influye más la profesión a la que se dediquen que la identidad de género. Nunca antes los hombres habían hablado tanto del gimnasio ni del ejercicio físico que realizan. Hay una gran preocupación por el éxito, por tener una estética concreta”, explica el psiquiatra. Y en la medida en que son mayores, aumenta la dificultad para reconocer que tienen un problema.

Tanto McDouall como las doctoras Gempeler y Rodríguez identifican un aumento de casos, especialmente de aquellos que presentan solo alguno de los síntomas que, según McDouall, es del 40 por ciento, y que dificulta el diagnóstico. “Los casos en los que no hay una sintomatología completa, sino solo parcial, están creciendo en todo el mundo. Y esa dificultad también la tienen los pediatras; les cuesta mucho considerar que en un niño la baja en el peso sea por un trastorno alimentario, restando importancia al diagnóstico y perdiendo un tiempo muy valioso”, dice Gempeler.

“Lo realista es que se trata de una enfermedad que afecta más a las mujeres, pero eso dificulta a los hombres acceder al tratamiento y ha contribuido a invisibilizar sus casos”, agrega la doctora Rodríguez.

Ellos ponen 10 % de las denuncias por acoso

Una de cada diez denuncias por acoso sexual es hecha por un hombre. En 39 de los 373 casos conocidos por la Fiscalía el año pasado la presunta víctima fue un varón, frente a 330 expedientes de mujeres que se sintieron acosadas y cuatro en los que no se define el género. Sin embargo, es probable que este flagelo esté impactando a una proporción mayor de hombres, muchos de los cuales no acuden a la justicia por estereotipos sociales y otras razones. Susana Rodríguez, delegada para la mujer y asuntos de género de la Defensoría del Pueblo, calcula que los hombres pueden constituir más del 20 por ciento del total de víctimas y dice que en los últimos años han aumentado los casos donde el afectado es un varón, sobre todo en el trabajo.

“En el caso de los hombres que se ven afectados por este tipo de acoso laboral, al parecer existe un porcentaje significativo donde los acosadores son otros hombres, pero el subregistro y la falta de un marco jurídico más claro dificultan el seguimiento y la realización de estudios que permitan determinar lo que ocurre con mayor profundidad”, lamenta la especialista.

Desde el 2008, cuando el Congreso de la República tipificó el acoso sexual como delito –con penas de uno a tres años de cárcel, o sea, que es excarcelable–, apenas se ha dictado una decena de condenas.

Aunque el Código Penal establece que el delito solo se configura si lo comete un jefe contra un subalterno, una encuesta contratada por el Ministerio del Trabajo concluyó a finales del 2014 que la mayoría de los casos se dan entre personas del mismo nivel jerárquico.

El mismo sondeo arrojó que uno de cada cuatro trabajadores (el 24 por ciento) menciona a las mujeres como el sexo que acosa con mayor frecuencia, frente al 66 por ciento que señaló a los hombres. Ninguno de los encuestados que reconocieron haber sido víctimas de acoso sexual reportó haber acudido a las autoridades competentes para atender esta problemática, como la Policía y la Fiscalía. El principal temor a la denuncia es la posibilidad de perder el empleo.

“Muchos casos no pueden ser demostrados, no proceden e incluso puede que desde un inicio las personas no denuncien por temor a ser sometidas a un proceso que deben demostrar quedando la carga probatoria en la víctima”, explica Rodríguez, quien denuncia la dificultad con la que se encuentran las víctimas, que tienen que demostrar el acoso “por los medios de prueba reconocidos en la ley procesal civil”.

Maltrato intrafamiliar, uno de cada 4

Según los registros del Instituto Nacional de Salud (INS), 11.026 hombres fueron víctimas de violencia el año pasado. De ellos, 10.894 sufrieron violencia doméstica (a manos de una persona de su círculo familiar); 4.953, violencia física; 3.743, privación y negligencia (estas afectan principalmente a los menores de edad); 1.586, violencia sexual y 737, solamente violencia psicológica.

Los datos, recogidos por el Instituto Nacional de Salud (INS), reflejan una realidad oculta: dos de cada diez víctimas de esta problemática son hombres. Y podrían ser más, si se tiene en cuenta que las autoridades consideran que el subregistro es mayor en hombres que en mujeres.

“Estos datos corresponden solo a las notificaciones que se dan por salud; es muy probablemente que sus heridas son serias o severas, o tuvo una gran repercusión en la salud. Hay muchas personas que se están quedando fuera del sistema, o pasan por la justicia”, explica Natalia Gutiérrez, especialista en violencia del INS. “El daño en unas y otros es el mismo, pero hay una cultura donde predomina el machismo, lo que hace que haya más víctimas mujeres y, también, que muchos hombres no se atrevan a denunciar por vergüenza”, añade.

Muchos de esos hombres son niños que quedan marcados con ese código de violencia, alerta Gutiérrez. En ambos casos (hombres y mujeres), el índice de revictimización es del 16 por ciento: incluso, las personas violadas antes de los 18 años duplican la probabilidad de ser violadas en su vida. Y los que han estado expuestos a violencia familiar en la infancia tienen un 37 por ciento de probabilidades de agredir a sus futuras parejas. “Quedan patrones subyugales”, resume la especialista.

Medicina Legal registra datos similares: de enero a noviembre, 103 hombres y 131 mujeres murieron por violencia intrafamiliar. Y 61.997 más sufrieron lesiones por esta causa (el 23,26 por ciento de ellos, hombres).

Aunque podría pensarse que los menores de edad son los más afectados, el 70 por ciento de las víctimas varones son mayores de 18 años, y la franja más vulnerable es de 20 a 45 años.

Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal, señala que la violencia intrafamiliar hacia los hombres ha aumentado un 8,7 por ciento en el último año. “Eso sucede en la medida en que la mujer adquiere un rol social más protagónico y exige del hombre”, cuenta. “Las políticas de género han permitido entender que ambos pueden ser maltratados, pero también se debería sensibilizar al hombre, ya que muchas veces la violencia verbal o psíquica pasa inadvertida”, agrega.

El cáncer de mama es una ‘patología huérfana’

La invisibilidad de los hombres en medio de problemáticas eminentemente femeninas puede costar vidas. En el caso del cáncer de mama, por ejemplo, José Joaquín Caicedo, cirujano de la Clínica del Country y presidente de la Federación Latinoamericana de Mastología, admite que muchos pacientes no son diagnosticados a tiempo porque ellos –y muchos de los médicos que los atienden– desconocen que pueden desarrollar esta enfermedad.

Se estima que apenas el 1 por ciento de las personas con cáncer de mama son hombres. Y mientras la media de edad entre las mujeres que presentan esta patología es de 30 años, en los hombres aparece en torno a los 50 o 60. Además, en ellos no es tan agresivo, ya que el cuerpo masculino no posee tanto tejido mamario donde se pueda desarrollar la enfermedad.

Todo esto hace que no haya un tratamiento específico para hombres, sino que se extrapolen los resultados de estudios realizados a mujeres. “Es una patología huérfana”, resume Carlos Lehmann, cirujano oncólogo de seno y tejidos blandos del Instituto Nacional de Cancerología.

“Como en el 99 por ciento de los casos las pacientes son mujeres, los hombres están relegados: la prevención es menor, llegan con estadios más avanzados de la enfermedad y a la hora del diagnóstico muchas veces no preguntan o los doctores no atienden la parte psicológica. Incluso, llegan a cuestionarse si están dejando de ser hombres y, por miedo, no reciben una buena atención”, agrega Lehmann.

Su colega Jaime Caicedo, neumólogo, tenía 73 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama. “Advertí algo, pensé que era una picada alrededor de la mama –cuenta–. Al segundo día, el dolor se focalizó sobre el pezón, y al tocarlo estaba duro y ligeramente doloroso. Directamente pensé que podía ser un cáncer de mama. Yo sabía que existía. Tengo un hijo médico en Bogotá y le conté, pero no me quiso creer, pensó que era una mastitis. Finalmente, pedimos una cita y esa misma semana, me hicieron una biopsia y a los ocho días me operaron. Después empecé a recibir radioterapia y otros tratamientos con estrógenos. A los señores también se les puede presentar el cáncer de mama, y cualquier anomalía, engrosamiento del pezón, o picada sobre la mama, deben consultar muy rápidamente. Yo puedo considerarme curado del cáncer”.

Los atacan con ácido casi tanto como a ellas

Son casi la mitad, y durante varios años han sido incluso más. Aunque el rostro de los ataques con ácido tiene con frecuencia nombre de mujer, los hombres han padecido esta plaga casi tanto como ellas.

De las 926 víctimas de ataques con ácido que reportó Medicina Legal para el período que va del 2004 al 2013, 471 son mujeres (el 51 por ciento) y 455 son hombres. Y en el 2008, el 2010 o el 2011 habría sido difícil sostener el argumento de que este es un tema de violencia contra la mujer. Esos años, las víctimas varones fueron el 57 por ciento, en promedio. Entre enero y noviembre del año pasado hubo 14 víctimas varones y 18 mujeres.

Las diferencias de las agresiones son marcadas según el sexo: la mujer es a menudo víctima de ‘celopatías’, mientras que, por lo general, el hombre es atacado por ajustes de cuentas.

Aunque las cifras solo aportan datos sobre el número de víctimas y no sobre sus lesiones, Natalia Gutiérrez, experta en violencia del Instituto Nacional de Salud, indica que “la severidad o el daño son más graves en la mujer; esos casos se hacen con más sevicia, atacando a la cara para dañar la imagen”.

En 126 casos de los 926 registrados por Medicina Legal, el presunto agresor es un integrante de las Fuerzas Militares, la Policía o el cuerpo de guardia del Inpec, y en 79 episodios fueron vecinos.

Violencia sexual: un caso cada seis horas

De los 1.586 hombres violentados sexualmente el año pasado (según el INS), 1.405 sufrieron abuso sexual, 86 fueron acosados –a una edad promedio de 16,9 años– y otros 89 fueron violados, a menudo con intimidación previa. Tres vivieron bajo el yugo de la explotación sexual para pornografía, prostitución o matrimonio servil, entre otras modalidades. La trata de personas registró tres víctimas hombres. En el caso de las mujeres, se registraron 13.233 casos de violencia sexual.

No es que la violencia sexual contra hombres haya aumentado, sino que hoy se denuncia y se investiga con más acierto, coinciden los expertos. Durante décadas, este fenómeno pasó inadvertido por ser considerado una deshonra para la víctima, para la familia y para la sociedad, explica Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal.

Esta institución llevó a cabo 8.683 exámenes médicos por violencia sexual entre enero y noviembre del año pasado: 7.153 a mujeres y 1.530 a hombres (17,6 por ciento).

Nada o poco tiene que ver con estratos sociales, señala Valdés. En los ataques a mujeres predomina el victimario conocido. En el hombre es al contrario. “No tenemos muy claras las causas de la violencia sexual hacia el hombre. Hay muchos vacíos. La mayoría de las veces se trata de asaltos sexuales”, dice Valdés, quien añade que los homosexuales suelen ser los más agredidos.

IRENE LARRAZ
Redacción Domingo

Por eso, mientras la sociedad profundiza en la retórica de género, ellos se ocultan en la sombra del anonimato. La vergüenza llega a ser tan grande que, en no pocos casos, ni siquiera denuncian los delitos que se cometen contra ellos.

“Nuestras leyes penales son muy machistas. Por ejemplo, hacen ver la violencia sexual contra el hombre como un caso exótico, como de circo, algo que no puede ser, lo que evita que las víctimas denuncien con libertad y sin riesgo de ser estigmatizadas. Se requiere de una estructura psicológica y de una posición social muy fuertes para que un hombre llegue a denunciar”, señala Carlos Eduardo Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina Legal.

Si bien es cierto que en la mayoría de estas problemáticas la principal víctima es la mujer, eso mismo ha contribuido a invisibilizar a la minoría masculina que padece los mismos calvarios.

“Esa mayoría a veces enreda y dificulta que se trate con efectividad a los hombres”, reconoce la psiquiatra clínica Maritza Rodríguez, que trata a hombres con trastornos de conducta alimenticia. “A los pediatras, por ejemplo, les cuesta considerar la baja de peso en niños como un trastorno de la alimentación y retrasan el diagnóstico, con efectos fatales”, dice.
“A diferencia de las mujeres, ellos siempre han tenido derechos que los protegen, pero nunca se han atrevido a usarlos y denunciar, porque la sociedad les ha dicho que no pueden llorar, ni tampoco ser las víctimas”, concluye María Consuelo Arenas, subdirectora de la Secretaría de Integración Social de Bogotá.

Así, acaban doblemente victimizados por una sociedad en la que –en palabras de Natalia Gutiérrez, experta en violencia del INS– “el hombre siempre va a ser motivo de burla si hace este tipo de denuncias. El subregistro es enorme”.

 

Fuente: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/casos-de-hombres-victimas-de-maltrato-cancer-de-mama-o-anorexia/15213755