El coordinador de SOLUCIONA en Vascongadas atribuye a la Ley de Violencia de Género el suicidio de cuatro mil españoles cada año

Por Alberto Lajas Antúnez*.- Hay una realidad que los políticos esconden, y es que cada año se suicidan unos 4000 hombres. Son hombres desesperados a los que la Ley de Violencia de Género encarcela, a quienes se les impide ver a sus hijos y a los que se les estigmatiza de por vida. La Ley de Violencia de Género produce casos de malversación de fondos públicos, ya que hay casos en los que se mantienen las ayudas a la mujer maltratada pese al sobreseimiento del caso denunciado, mientras que se dan otros casos de víctimas de agresiones que no tienen derecho a nada. Esto es un auténtico negocio. No estamos consiguiendo dar una solución real al problema del maltrato, ya que siguen muriendo mujeres. Y también hombres.

El articulo 14 de nuestra Constitución Española afirma que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Por consiguiente, los “inventores” de esta Ley, al crear un Juzgado de violencia contra la mujer y no contra el hombre, están violando clara y descaradamente este derecho constitucional. Por ello, desde el partido SOLUCIONA en las tres provincias vascas, una de mis metas será la exigencia de responsabilidades con carácter retroactivo a los que crearon y apoyaron esa norma, que está provocando que miles de hombres entren en prisión, o que sean detenidos sin más, como si fueran delincuentes, por el solo hecho de que una mujer interponga una denuncia.

Según el plan integral de Violencia de Género, durante el periodo comprendido entre 2008 y 2012, el presupuesto fue de unos 3.600 millones de euros. Estas cifras revelan la dimensión del ‘chiringuito’ creado a partir de esta injusta y terrible Ley de Violencia de Género. Es indignante y deleznable lo que esta Ley está haciendo con los hombres. De ahí que no podamos permanecer de brazos cruzados. Zapatero se definió, tras ganar las elecciones de 2004, como “feminista radical”. La Ley Integral de Violencia de Género de ese año despoja del derecho a la presunción de inocencia a la mitad de la población española: la masculina, a la que en la práctica se permite detener sin más prueba que la declaración de la supuesta víctima de malos tratos. Por no incidir en que se conculca el artículo 14 de la Constitución, pues considera determinadas acciones como delito si las cometen los hombres, y como falta, si las cometen las mujeres. Así arranca Diego de los Santos su libro «Las mujeres que no amaban a los hombres» (Almuzara), manual de consulta de infinidad de hombres que han sufrido denuncias falsas por parte de sus ex parejas.

La situación actual es aberrante. Miles de hombres encarcelados sin más, por una denuncia de una mujer desalmada, cabreada o enfadada, que conoce bien cómo utilizar este ‘arma’ legal contra su pareja. Y si no la conoce, enseguida el abogado de turno la informará de lo fácil y rápido que es utilizarla. Desde el proyecto SOLUCIONA vamos a trabajar enérgicamente para exigir que esta injusta Ley desaparezca de forma inmediata, y que se indemnice a las victimas que la han tenido que sufrirla. Y qué decir de los pobres niños que se quedan huérfanos y que además son manipulados para que acaben rechazando a su padre, con las mentiras que astutamente suelen utilizar las mujeres sin alma y sin compasión. Esta Ley debe desaparecer, y de ello nos vamos a encargar desde SOLUCIONA en el País Vasco, y después con la colaboración de todos los compañeros del partido de toda España.

*Coordinador del proyecto SOLUCIONA en Vascongadas

 

Fuente: http://www.alertadigital.com/2014/03/30/el-coordinador-de-soluciona-en-vascongadas-atribuye-a-la-ley-de-violencia-de-genero-el-suicidio-de-4000-espanoles-cada-ano/

¡Escándalo! Beatriz Gimeno pillada huyendo de la la Democracia e imponiendo desigualdad

Beatriz Gimeno, número 4 de Podemos, no quiere hablar del tema. Ella prefiere imponer el tema. Curioso, estando en un partido que presume de democracia y de cercanía con el pueblo, como es Podemos.

Apenas dijo dos palabras para presumir de que tenía muchas seguidoras feministas, empezó a bloquear a todos los usuarios que querían discutirle sus extremistas doctrinas “feministas”.

Cuando se pretendía entablar debate para discutir su extremismo y radicalismo, ella prefirió bloquear a todos los usuarios que se acercaban. Incluso a colectivos. Eliminando todo rastro de democracia de este personaje público político.

Y Pablo Iglesias, alguien a quien en numerosas ocasiones hemos intentado llamar la atención para que se pronuncie en temas de género en medios de comunicación, nunca ha contestado un solo mensaje.

¿Donde queda toda esa democracia que les sale por la boca cuando hablan en televisión? ¿Donde está ese espíritu revolucionario con el que nos cautivó en los comienzos? ¿Donde están las promesas de estar cerca de la gente o de la calle?

¿Que hay detrás de todo este sectarismo?

Sabemos que se trata de una estrategia a nivel global para controlar a la población. Una cortina de humo gigante en el corazón de la sociedad, para que ellos puedan jugar a lo de siempre, sin que les molestemos, para que puedan seguir engañándonos.
No es de extrañar que este mismo fenómeno de discriminación contra el hombre y de ruptura de la familia se esté dando en todo el globo a la vez.

La guerra de sexos, hacer que cada sexo vea como el enemigo al otro sexo, creando opresión y discriminación en ambos bandos a través de los medios de comunicación y la política, es un recurso para controlar a la población de lo más efectivo. Pues somos demasiados, nos damos cuenta de los engaños relativamente rápido y sabemos, que los de ahí arriba, no se están portando del todo bien.

A demás de ser un recurso fácil, es fácil de llevar a cabo, pues mover masas misándricas contra misóginas, prácticamente se hace solo. Sólo es necesario un empujoncito y ya la gente empezará a pelearse.

Esto que nos venden a diario en la televisión no es feminismo. El feminismo ha sido robado. Se está demonizando al hombre con el continuo bombardeo en los telediarios sobre maltratos y muertes de mujeres, cuando la realidad es que mueren igual cantidad de hombres pero sin tener cobertura mediática. Se esta creando una bomba social. Ingeniería social a nivel global.

Muchas feministas auténticas ya se han dado cuenta de esto y se han separado (a mala gana) del movimiento feminista, que ha sido robado por los poderes fácticos. Otras en cambio han sucumbido a vuestra religión del odio.

¡ Tráigannos de vuelta nuestro verdadero feminismo de inmediato !

Toda esta orquesta de manipulación a quien mas afecta es a los jóvenes, esos que van de guais y aun no han desarrollado el sentido crítico de un debate limpio y productivo. Han convertido al falso feminismo en una moda tan adictiva, que hablar de los problemas que sufren los hombres es toda una odisea.

En documentales como “Borrando a Papá” de Argentina y “No te vayas papá” de aquí de España. Se explica en profundidad los prejuicios y la discriminación que sufrimos tanto hombres como hijos y familiares por culpa de este falso feminismo, sus leyes de género y su ideología de género. Pero todo esto está siendo ocultado por los medios de comunicación. Por supuesto los partidos políticos también colaboran.

Feministas auténticas como Prado Esteban y comunidades de mujeres por la igualdad como Círculo Atenea y Artemisas exponen muy bien el problema.

Señora Beatriz Gimeno, usted no es feminista, usted ha robado el feminismo. Como prueba todas las mujeres que están en contra de esta nueva discriminación camuflada como igualdad. Y todas las personas afectadas. Toda la gente a la que los políticos y los medios de comunicación ignoráis. ¡BASTA YA!

¡ No podéis seguir ignorando que nos hemos dado cuenta ! ¡ Sabemos que sabéis que nos hemos dado cuenta ! ¡ Sabemos que nos estáis ignorando deliberadamente !

Hemos visto como se recogían firmas para calificar el feminismo como terrorista. Hemos visto como se cancelaban “misteriosamente” recogidas de firma contra la Ley Hembrista de Género. Hemos visto verdaderos datos de estadísticas. Hemos escuchado testimonios de jueces, psicólogos y otras grandes entidades. Hemos visto como todo político al que le demostramos que nos hemos dado cuenta, sigue censurando, ignorando, bloqueando.

Pero nos hemos dado cuenta.

Desde la primera manifestación del 15M y de Democracia Real Ya. En algún lugar de España. Frente algún edificio oficial. No estábamos acostumbrados a reclamar. Y entonces… alguien grito:

¡ Lo sabemos !

Pero aquí no podemos contarlo todo. Porque la gente no esta preparada. Y porque sabemos que nos cerraréis la página porque no podéis soportar que se sepa la verdad.

Nos han cerrado webs como el ministerio del equilibrio, han suspendido usuarios, han borrado páginas. Incluso a mi, con esa red organizada de reportes me cerraron mi web. Hasta hackers tienen para censurar la verdad.

 

Violencia entre parejas adolescentes, igualada en sexos

Ocho de cada diez adolescentes de entre 14 y 19 años afirma conocer algún acto de violencia entre parejas de su edad, según se desprende de un estudio elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación y Ayuda contra la Drogadicción (FAD).

El trabajo, determina, además, que, en conjunto, son más frecuentes los actos violentos en chicos, y más graves (como amenazas, insultos, agresiones), en relación a los actos de las mujeres, considerados de menor grado (revisión del móvil, control de lo que hace su pareja).

Aún así, los porcentajes de violencia ejercida entre géneros está en muchos casos muy igualada. Por ejemplo, los encuestados afirman conocer un 33,5 por ciento de las chicas y un 32,5 de los chicos que no permiten que sus parejas vean a sus amigos, o a un 39,7 por ciento de chicas y un 36,9 por ciento de chicos que controla dónde está el otro. Del mismo modo, señalan que conocen a un 62,9 por ciento de chicas que controla el móvil de su pareja, al igual que un 58,6 por ciento de los chicos.

Para director técnico del centro, Eusebio Megías, no es sorprendente esta igualdad de actuación ya que “la raíz de esta violencia se debe a la visión de exclusividad y posesión que los adolescentes imprimen en la pareja y que es compartida tanto por chicos como por chicas“.

¿Por que los medios venden solo una cara de la moneda?

A su juicio, la visión adolescente de la pareja ha sufrido una “revolución hacia la igualdad”, pero éste no se ha producido “de forma homogénea”. Asi, considera que es difícil encontrar a gente que no defienda la igualdad, pero siguen existiendo aquellas gestos que se apoyan “en los tópicos esterotipados” para defender la desigualdad.

Es decir, se basan en el “paquete biológico”, de que “una mujer tiene derecho pero no puede hacer una o tal cosa igual que el hombre por su biología” para defender la situación “sociocultural” en la que se encuentra.

Mujeres sensibles y hombres posesivos
Así lo refleja el estudio, en donde se determina que existe una aceptación “muy generalizada entre chicos y chicas” respecto a los tópicos que definen hipotéticamente sus géneros: el 56 por ciento define a las chicas como muy sensibles y tiernas, además de preocupadas por su imagen (en un 46%), mientras que los chicos son vistos como dinámicos y activos, en un 66 por ciento, independientes (36%) y posesivos y celosos (31%).

Para los expertos, estas atribuciones de cualidades a los diferentes sexos influyen de manera determinante en el establecimiento de estereotipos sobre las capacidades atribuidas a unos y a otras. De este modo, ellas son percibidas como más capaces de comprender a los demás, más capaces de dar cariño y más capaces de reflexionar. Y ellos más decididos, mejores para el deporte y más hábiles con las tecnología.

En cuanto al aspecto laboral, para los adolescentes existen profesiones femeninas y masculinas y puestos de trabajo de cada género. Sin embargo, perciben que los puestos de los hombres pertenecen a ámbitos de poder y están mejor remunerados, además de que ellas tienen más dificultades con la conciliación entre el hogar y el trabajo.

Megías apunta, al respecto, que los jóvenes perciben el machismo de otras generaciones y existe un acuerdo generalizado en ambos sexos al señalar que el proceso de igualdad es lento, pero progresivo. Un 9 por ciento considera que no existen diferencias, frente a un 42 por ciento que sí que las ve, pero dice que son pequeñas o muy pequeñas. Un 14 por ciento considera que existen diferentes grandes o muy grandes entre géneros.

Diferencia de oportunidades
El estudio, que se ha elaborado en colaboración con el Banco Santander y Telefónica, destaca que, en relación a la diferencia de oportunidades entre hombres y mujeres, ellas perciben peor o mucho peor sus oportunidades a la hora de participar en la vida política (57% frente al 36% de los varones), alcanzar puestos de mayor responsabilidad (63% frente al 57% de los varones) o compaginar la vida laboral con la familiar (29% frente al 20% de los chicos).

En este sentido, Megías señala que los chicos son mucho más conscientes de la injusticia que antes, aunque un “gran grupo de ellos” creen que “no deben hacer nada, que las que se deben de mover son ellas” que son las que sufren la desigualdad.

De este modo, la actitud de los chicos es la de no hacerse responsable de la situación, basándose en que han sido educados de ese modo y defendiendo que “no actúan contra lo que se les ha enseñado”. Para el experto, este actitud es habitual en el ser humano, la de “defenderse si cree que hay algo negativo y atribuir  alos demás el problema”.

 

Fuente: http://www.antena3.com/noticias/sociedad/adolescentes-afirma-haber-visto-actos-violencia-parejas-edad_2015091000179.html

Meter a los hombres en campos de concentración

Una famosa feminista inglesa sugiere meter a los hombres en campos de concentración

Se llama Julie Bindel, se autodefine como “lesbiana política”, trabaja como periodista para el diario progresista The Guardian y es cofundadora del movimiento feminista Justice for Women.

Hace unas semanas Bindel concedió una entrevista que apareció publicada el 29 de agosto en la web del grupo feminista radical RadFem Collective. Pongo el enlace a Web Archiveporque unos días más tarde la entrevista fue borrada, aunque el 7 de septiembre la volvieron a publicar. Las cosas que dice Bindel en la entrevista no son las que cabe esperar de una persona tolerante y demócrata. Sirva como ejemplo lo que respondió Bindel cuando la entrevistadora le preguntó “¿La heterosexualidad sobrevivirá a la liberación de la mujer?”

“No lo hará, no a menos que los hombres espabilen juntos, renuncien a su poder y se comportaren. Quiero decir, yo realmente pondría a todos en una especie de campodonde todos puedan conducir en quads o bicicletas, o furgonetas blancas. Les daría una gama de vehículos para conducir alrededor, no darles porno, que no fueran capaces de luchar -deberíamos tener guardianes, ¡por supuesto! Las mujeres que quisiesen ver a sus hijos o seres queridos masculinos podría ir a visitarlos, o llevárselos como un libro de la biblioteca, y luego traerlos de vuelta.

Espero que la heterosexualidad no sobreviva, de veras. Me gustaría ver una tregua en la heterosexualidad. Me gustaría una amnistía en la heterosexualidad hasta que nos hayamos clasificado a nosotras mismas. Porque bajo el patriarcado es una mierda.

Y estoy harta de escuchar a mujeres individuales que sus hombres están bien. Esos hombres han sido apuntalados por las ventajas del patriarcado y son complacientes, no detienen a otros hombres de ser una mierda.

Me encantaría ver una liberación de la mujer que dé lugar a mujeres que dan vuelta alejándose de los hombres y diciendo: “cuando volváis como seres humanos, entonces nos podríamos ver de nuevo.”

Lo de esta mujer tiene un nombre: androfobia, el odio obsesivo contra los hombres y contra todo lo masculino. Hace ya tiempo que diversos grupos feministas no ocultan esos prejuicios. Pero os propongo un ejercicio de imaginación. Imaginad lo que pasaría si esa descarada incitación al odio la lanzase un personaje famoso contra las mujeres en general o las lesbianas en particular. Muchos se le echarían a la yugular, y el asunto, seguramente, acabaría ante un tribunal. Pero como las víctimas de su odio son los hombres y los heterosexuales, aquí no pasa nada.

 

Fuente:  http://circuloatenea.com/2015/09/14/meter-a-los-hombres-en-campos-de-concentracion/

El escándalo de las denuncias falsas

Lloró mucha gente de alegría cuando leyó el artículo la víspera de Nochebuena. Fueron sus únicos Reyes Magos en muchos años. Después de tanto tiempo de dolor y sufrimiento en soledad comprobaron que no eran los únicos, que no estaban solos en el martirio, que son legión los represaliados, aquellos a los que han arrebatado sus Derechos Humanos más básicos.

Solo por eso mereció la pena publicarlo, aunque la bicha acabe mordiendo y el veneno sea trágico. Cuando la justicia agoniza solo quedan los medios. Veremos durante cuánto tiempo. ¿Regresará la tan española tradición del exilio?

Miles de españoles inocentes sufren cada año arrestos indiscriminados, tortura y prisión a causa de la perversión judicial y legal vigente.

Son condenados mediante juicio sumario, mediante recursos que ni siquiera se estudian, que tan solo refrendan las animaladas perpetradas en primera instancia, sin garantía judicial alguna. Juicios donde el infortunado entra con la presunción de culpabilidad colgada al cuello y sale culpable y con cepo. No ha tenido defensa. ¿Para qué perder el tiempo con gente inocente cuando los prejuicios imperan?

Los Derechos Humanos han sido abolidos en España para una parte importante de la población. La ley abyecta que ha vuelto a implantar la Inquisición después de dos siglos los ha cancelado.

Demasiados jueces la aplican con saña criminal. ¿Por qué? Habrá que investigarlo.

Muchas denuncias falsas se convierten así en condenas ciertas. ¿Cuántas son? No se sabe a ciencia cierta ni falsa. Investíguese. ¿Acaso hay miedo en mostrar a la sociedad la mayor vergüenza de esta democracia cobarde que pugna por destruirse ella sola?

Los Derechos Humanos han sido abolidos en España para una parte importante de la población. La ley abyecta que ha vuelto a implantar la Inquisición después de dos siglos los ha cancelado

El motivo aparente es el maltrato psicológico, discutir con la pareja (o ex) aunque no lo oigan los vecinos ni haya rastro ni pruebas. Está penado con la cárcel en España. Hasta ese punto ha llegado el buenismo perverso, la locura de un sistema criminal que creíamos finiquitado siglos atrás, que encarcela de manera indiscriminada a sus propios ciudadanos.

Basta una denuncia falsa, unas cuantas actuaciones irregulares por parte de demasiados jueces y fiscales entusiastas, promovidas por abogados desalmados y psicólogos ideologizados, y al talego el reo.

Dice el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que las denuncias falsas no llegan al 0,01% de los casos. Son aquellas que el mismo denunciante acaba reconociendo como tales y las que informan jueces y fiscales. Suena a chiste el dato. Es falso por necesidad y lógica.

Como todas las denuncias son automáticamente verdaderas al no existir la presunción de inocencia, la simple acusación es siempre veraz y el reo es pateado sin poder rechistar. Ningún juez o fiscal va a informar jamás acerca de sus propias tropelías.

Los garantes de vigilar un juego limpio, los observatorios encargados, no se toman la molestia de observar nada. Mucho menos de investigar la magnitud del drama. Clausúrense. Ábranse otros nuevos limpios de polvo y paja.

¿Cuál es la dimensión real de la tragedia? Según diversas fuentes, de una población reclusa de 61.682 en 2013, los encarcelados por violencia de género podrían llegar a ser un 15%, unos 10.000. El INE solo informó de 3.930. Tal dato levanta suspicacias.

Es imposible extrapolar la proporción de inocentes encarcelados. Podrían superar fácilmente los 5.000, si no más.

Si a eso añadimos los que no han entrado en prisión al tener penas de menos de dos años, la cifra de condenas injustas al año sería de varias decenas de miles.

Tales magnitudes asombrosas merecen una investigación en profundidad, rigurosa, independiente y seria. Cualquiera que conozca los entresijos del sistema sabe que las denuncias falsas y los inocentes encarcelados se cuentan por millares cada año.

No hay más que hablar con abogados o jueces decentes, o escuchar a los infortunados que están deseando contar a un país autista e inconsciente su sórdida y dramática historia, aportando sentencias disparatadas, información y datos. ¿Cuántas son? No se sabe. El trabajo pendiente es ingente.

Es imposible extrapolar la proporción de inocentes encarcelados. Podrían superar fácilmente los 5.000, si no más. A eso hay que añadir los que no han entrado en prisión al tener penas de menos de dos años

Los organismos supuestamente encargados de luchar contra la violencia de género son los primeros interesados en no informar de la verdad a causa de la corrección política y el miedo mediático, fomentándola con su pasividad, su integrismo y los datos erróneos proporcionados.

La justicia, como institución, no tiene intención alguna de ponerse en evidencia dando facilidades. Corporativismo obliga. Ha traicionado al pueblo. Se niega a investigar el asunto y mucho menos darlo a conocer. Reitera burdas mentiras. Cada día los mismos “errores”. ¿Miedo? ¿Prejuicios? ¿Dinero? ¿Por qué?

Habrá que ayudarla desde fuera. ¡Que medios y televisiones se armen de valor! ¡Que se dignifiquen de una vez! ¡Que clamen contra la injusticia y la tristeza! ¡Que pongan cara a los humillados! ¡Que contribuyan a rehabilitar a los damnificados! ¡Que defiendan los Derechos Humanos!

En Andalucía lo denominan el negocio de la “igualdá”, con sorna, a causa de la lluvia de subvenciones desparramadas para todos menos para las víctimas. Convertirá en asunto menor el escándalo de los ERE. En el más atroz contubernio al jugar con la libertad y el sufrimiento de sus propios ciudadanos. Denúnciese.

Este Gobierno está obligado a desactivar las leyes fascistas que hace diez años aprobaron sus Señorías, quiero creer que por ignorancia la mayoría. Me gustaría pensar que lo hicieron sin una reflexión seria, obligados por la disciplina de partido ocasionada por el miedo y el qué dirán. Por no ser suficientemente “progresistas” ni tener buen rollo. Bien se la colaron.

España es el país de Europa con la mayor población reclusa por habitante. Están todos dentro menos los que tienen que estar.

Es causa mayor el maremágnum legal y las leyes farragosas de pésima calidad con las que cuenta.

Cosa que contamina a los que tienen la obligación de aplicarlas, colapsando de manera absurda los juzgados, dejando en la calle a los verdaderos chorizos que nos han arruinado, mientras su aclamada ineficacia atrae criminales de fuera. Es necesario regenerar de manera urgente la justicia, a pesar de ella.

El Gobierno está preparando una ley de custodia compartida. Que se dé prisa. Que sea retroactiva. Que repare injusticias cometidas, chantajes y coacciones vilmente perpetrados.

No servirá para nada. Muchas custodias compartidas son automáticamente anuladas a causa de las denuncias falsas que llegan a continuación, aplicando la ley genocida vigente, con el fin de poner en evidencia a los jueces decentes que, haberlos haylos, aunque sean minoría. Háganse oír. Se necesita su colaboración, que se armen de valor. Hacen lo que pueden. No es suficiente.

España es el país de Europa con la mayor población reclusa por habitante. Están todos dentro menos los que tienen que estar

Tal ley en proyecto no será de ninguna efectividad si no se soluciona de manera paralela el escándalo de las denuncias falsas, si no se deroga la fatídica ley inquisitorial en criminal vigor que convierte asuntos de derecho civil, como un simple divorcio, en cuestiones de derecho penal, saturando los juzgados y enviando inocentes a prisión, mientras los abogados codiciosos hacen cumplida caja.

¿Por qué no devolver la dignidad a tantos padres y niños maltratados por la justicia? ¿Por qué produce terror pretender arreglar tantas tragedias?

¿A quién le causa pavor encargar una investigación independiente y rigurosa, revisar las actuaciones judiciales caso por caso supervisadas por observadores internacionales cualificados, rehabilitar a tantos miles de condenados de manera injusta, excarcelar inocentes que continúan en prisión, volver a hacer felices a tanto niño manipulado y entristecido que crece sin el calor y la compañía de su padre?

Y, no menos importante, devolver la arrebatada dignidad a estos últimos, dejando de envilecer a la otra mitad de la población.

Que la comunidad internacional sea consciente: se cumple el décimo aniversario del restablecimiento de la Inquisición en España. El Tribunal Constitucional continúa como su garante más fiel al haber denegado más de doscientos recursos de inconstitucionalidad contra tal ley criminal. La macabra institución secular ha regresado al corazón de Europa.

Si la justicia española no es capaz de regenerarse por sí sola, la ciudadanía, como poder soberano, la obligará a la fuerza. Los medios tienen el deber de denunciarlo, garantizando así su propio futuro y los Derechos Humanos de TODOS los ciudadanos. Realícese tal investigación. ¿Dónde está Europa?

Vemos muchos casos de violencia de género en la prensa, pero todos los veranos estamos igual

  • Los criminólogos Nahikari Sánchez e Ismael Loinaz consideran que el aumento de denuncias de agresión sexual se debe a que “estamos cambiando como sociedad respecto a lo que estamos dispuestos a tolerar”.
  • Los expertos creen que “se legisla a través de la alarma social” y que no se potencia la rehabilitación ni se controla el riesgo de reincidencia.

Los casos de violencia de género que se han sucedido los últimos meses no reflejan un aumento respecto a otros veranos, según han defendido los criminólogos Nahikari Sánchez e Ismael Loinaz en los Cursos de Verano de la UPV. Bajo el título ‘Rehabilitación de delincuentes violentos’, los expertos han analizado desde un punto de vista práctico la situación actual en relación con los cambios legislativos y el tratamiento tanto jurídico como rehabilitador del delincuente.

En esta línea los expertos han explicado que “a pesar de todas las noticias que se publican y la percepción de la sociedad sobre la subida de la criminalidad, los datos demuestran que la tasa de criminalidad ha descendido. Una vez más vemos la diferencia entre cifras oficiales y la percepción social. Por ejemplo, este verano estamos viendo numerosos casos de violencia de género en la prensa. Es alarmante, pero realmente todos los veranos estamos igual, las cifras no varían. No es que este verano sea el peor de la historia, sino que todos los veranos repetimos el mismo patrón de alarma”, han afirmado.

Además los ponentes aseguran que el aumento de las denuncias por agresión sexual reflejan un evolución de la sociedad que “estamos cambiando respecto a lo que entendemos como agresión sexual y a lo que estamos dispuestos a tolerar”. Como ejemplo han citado el caso de el Reino Unido donde van a crear un vagón exclusivo para mujeres por las agresiones sexuales que se producen. “¿Pero somos los hombres cada vez más agresores sexuales o la sociedad tolera menos tipos de conducta que antes no eran considerados delitos sexuales?”, se han preguntado.

Los directores del curso han afirmado que la cifra de reincidencia en los condenados por violencia de género es mucho mayor a la reincidencia de agresores sexuales que han recibido tratamiento. “Pero la alarma social es bastante mayor respecto a los delincuentes sexuales ya que este elige las victimas por azar. Sin embargo, la violencia de género ocurre en casa y nos parece que no todos podemos ser víctima”, han apuntado.

Por otro lado, a juicio de los expertos, la alarma social que provocan algunos casos, tiene un especial impacto en la legislación. “Se legisla a través de la alarma social. Siempre hay peticiones de cambios legislativos y movimientos sociales derivados de uno o dos casos concretos. Esto también se potencia desde los medios de comunicación. Las peticiones siempre se centran en el aumento de pena, y no tanto en potenciar la rehabilitación o el control del riesgo de reincidencia”, ha explicado el Ismael Loinaz, que también ha destacado que esto ocurre tras sucesos puntuales de máxima gravedad, “pero que no son los más frecuentes”.

En esta línea, uno de los aspectos que más preocupa a los criminólogos es que los programas y la intervención especializada que se están llevando a cabo en prisiones y centros de menores estén basados en evidencia empírica. “Además, se debería realizar una revisión sistemática de todos los programas para saber si realmente sirven. Esto ayudaría a gestionar mejor los recursos con los que contamos en estos tiempos de crisis”. Según Nahikari Sánchez aunque esto parece obvio, no se hace de forma generalizada.

Los criminólogos sostienen que “hay delitos con un porcentaje muy bajo de incidencia, como los delitos sexuales, que causan una gran alarma social”. Por ejemplo, según ha explicado, se estima que el 22,5% de las mujeres experimentan un episodio de abuso o agresión sexual en algún momento de su vida. Sin embargo, de acuerdo con las estimaciones anuales un 1% de mujeres sufre un delito sexual en el periodo de un año. En España se denuncian cada año 9.000 delitos sexuales y hay en la actualidad 4.000 delincuentes sexuales encarcelados.

Por su parte, Ismael Loinaz ha incidido en la idea que “cada vez somos menos violentos como sociedad” tal y como puso de manifiesto el autor Steven Pinker. “Pero la sociedad está cada vez más informatizada, contamos con más medios de comunicación, por lo que conocemos todo lo que ocurre en el mundo. Esto nos da la sensación de que cada día hay crímenes, homicidios y de cada vez somos más violentos”.

Delincuencia juvenil

Otro de los hechos que han destacado es que una de las percepciones que tiene la sociedad en general es que la delincuencia juvenil va en aumento y de que cada vez son más violentos. “Ahora llegan a los medios noticias de hijos que pegan a sus padres y videos de agresiones en los colegios. La sociedad va cambiando pero también las fuentes de información varían. Por lo que no podemos comparar la situación actual con la de hace veinte años en la que nada de esto era noticia”, han afirmado.

En este sentido han apuntado que las cifras oficiales de delincuencia juvenil sufren altibajos de un año a otro. “Por ejemplo, en 2007 y 2013 las cifras son parecidas, pero el porcentaje sube y baja en los demás años. Sin embargo, las noticias se suelen centrar en una variación en el porcentaje, que no marca en realidad una tendencia clara de subida o bajada. Además, la subida de las denuncias puede ser consecuencia no del aumento de la delincuencia sino del aumento del índice de denuncia, por haber fomentado que se denuncien los sucesos delictivos. Esto produce incertidumbre a los profesionales y a la sociedad, que se acaba confundiendo”, han explicado.

En adolescentes, a diferencia de lo que ocurre con adultos, la sociedad está más dispuesta a ser positiva, es decir, “se considera que imponer condenas más duras no es adecuado para la rehabilitación. Sin embargo, en adultos somos favorables a la castración química y a la cadena perpetua. ¿Pero cuando empezamos a cambiar el chip?”. Loinaz se ha planteado como puede justificarse que un enfoque sea válido para una persona de 17 años pero no para una de 18. “¿Cómo podemos justificar que con una diferencia de un mes cambie nuestro planteamiento de intervención?”, han preguntado.

Uno de los aspectos que más preocupa a los criminólogos es que los programas y la intervención especializada que se están llevando a cabo en prisiones y centros de menores estén basados en evidencia empírica. “Además, se debería realizar una revisión sistemática de todos los programas para saber si realmente sirven. Esto ayudaría a gestionar mejor los recursos con los que contamos en estos tiempos de crisis”. Según Nahikari Sánchez aunque esto parece obvio, no se hace de forma generalizada.

Doctrina Parot

Por último, Loinaz ha hablado sobre la Doctrina Parot, “una política criminal que falló”. Loinaz ha recordado que “esta política, aunque principalmente fue aplicada a presos de ETA, también se aplicó a delincuentes sexuales condenados por sucesos de gran gravedad. Estos delincuentes también quedaron en libertad tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que declaró su ilegalidad. Casi todos los que salieron han reincidido. Estos eran sujetos de alto riesgo a los que no les aplicó ningún tipo de tratamiento ya que no se esperaba que salieran hasta dentro de algunos años. Al no haber hecho nada los sujetos salieron con la peligrosidad con la que ingresaron en prisión”, ha concluido.

 

De elfas y orcos. Violencia de género. Una reflexión de Alicia V. Rubio Calle

La ideología de género tiene como uno de sus objetivos primordiales la demonización ontológica del varón, la degradación de la mujer, la manipulación de los niños y la destrucción de la familia.

Puesto que la demonización del varón es uno de los objetivos de la malhadada ideología de género, unos medios informativos perfectamente orquestados y manipuladores se empeñan en darnos una visión negativa de ese colectivo, los varones que, casualmente, son la mitad de la sociedad.

Al varón se le trata de dibujar como un ser violento e hipersexualizado, incapaz de controlar sus pulsiones lascivas y homicidas, un ser despreciable. Vamos, un orco.

Las mujeres, en cambio, son presentadas como unos seres beatíficos incapaces de guerras y violencias a los que los orcos tratan de esclavizar sexual y domésticamente y a las que obligan a tener y criar hijos orcos que continúen con el dominio y elfas que sirvan a los nuevos orcos.

Estos orcos sin sentimientos, como ya han sospechado, pertenecen a un Mordor terrorífico llamado patriarcado, que domina la tierra media desde su lúgubre y secreta morada y dirige, sin excepción, las mentes simples y perversas de todos sus súbditos orcos.

Sin embargo, nos cuentan que algunas elfas valientes se han rebelado contra Mordor y sus orcos y tratan de instaurar un bello Rivendell donde podamos vivir en paz las elfas y algún orco al que, si se hace consciente de su maldad intrínseca y colabora a la destrucción de Mordor, se le perdona lo feo y malo que es.

Se supone que ustedes y yo vivimos en tan angustioso lugar, pese a que no tengamos la percepción de que sea así. Y, por ello, por nuestra clara evidencia de que todo ese mundo de elfas y orcos es una mentira, los medios de comunicación y, lo que es peor, nuestros gobernantes, se afanan en presentar como real, con los métodos más arteros y miserables, ese mundo imaginado.

Nuestros gobernantes, encima, rivalizan en encabezar la cruzada contra Mordor y en resolver la situación venciendo a ese monstruo invisible y a sus odiosos seguidores, concretamente la mitad de los españoles. 

Para ello destinan ingentísimos fondos, pese a que muchos, ni vemos Mordor, ni vemos orcos, ni vemos el destino de los fondos, ni se resuelve nada de lo que cuentan que pasa y que sigue pasando (¡si deja de pasar, se acabaron los fondos!) como si los miles de millones de euros contra Mordor se esfumaran de camino. Y es que, de camino a ese Mordor imaginado hay cantidad de bolsillos agradecidos con los colores de la bandera de Rivendell.

Como la elfa no puede ser violenta y matar, desde el año 2010 las estadísticas oficiales no reflejan las cifras de orcos asesinados por sus parejas elfas. En cambio, sí se refleja la situación inversa: las elfas asesinadas por orcos (una media de 60 al año en una población de 22.000.000 de elfas, y una de las más bajas de de la Tierra Media Europea) son aireadas y repetidas hasta la saciedad.

Asociaciones civiles contabilizan los orcos muertos a manos de elfas a través de la prensa, local en muchos casos: vamos, que sólo las ven los hobbits de La Comarca, pues la muerte de orcos en esta sociedad dirigida por Mordor no merece, curiosamente, prensa nacional. Y la media oscila alrededor de 30 al año. La mitad que elfas, pero no existen. Dicen que no los mata Mordor y, por ello, su muerte y su mísera vida orca no valen un duelo. Me pregunto si los mata Rivendell.

Jopetas. Diríase que ni las elfas son tan buenas y tan inofensivas, ni los orcos tan malos.

Pues no. Como las elfas, tan buenas ellas, no mienten, en la Tierra Media hay una ley (LIVG) que, sólo con la palabra de la elfa afirmando que el orco ha puesto “cara de contactar con Mordor”, el orco con el que convive va al calabozo sin presunción de inocencia, que para eso es un malo malísimo. La elfa, en clarísima situación de desamparo se queda con la casa, los elforquitos y una pensión que el orco ha de pagar aunque se muera de hambre.

¿Y si una elfa mintiera por odio, por venganza, por interés? Pero no, no mienten nunca. No existen las denuncias falsas.

Los orcos, en su infinita maldad y oyendo la voces de Mordor, a veces matan a sus hijos (sin distinción entre elfas y orcos). Mientras se estuvo contemplando en las estadísticas oficiales, los orcos mataban un 33% de las criaturas. A partir de 2011 se dejó de reflejar en las mismas… quizá porque ese 66% restante de asesinados por sus progenitores recaía en las elfas. Y una elfa no mata. Y si mata es por locura, depresión o enajenación. El orco mata por maldad. Jamás tiene depresión, esquizofrenia, alcoholismo… Por maldad y porque se lo manda Mordor. A la bondadosa elfa… ¿no se lo manda Rivendell?

Las cifras, pese al oscurantismo oficial, siguen siendo las mismas: 33% versus 66% “a favor” de las elfas. Los niños que matan estas elfas no existen, no se les da proyección pública. Sólo existen dos “momentos hobbit” en la vorágine informativa: para informar de su muerte y para informar de que la elfa asesina tenía depresión o enfermedad mental. Justificado, por tanto, y cerrado el caso. Hay quién llama angelitos negros a eso pobres niños muertos a manos de sus madres.

El mismo oscurantismo que hay desde 2010 respecto al estado civil (en proceso de separación) de los orcos que se suicidan, cosa extraña en un mundo que tanto les beneficia. Asociaciones civiles aventuran que superan el millar al año por la aplicación legislativa de ese universo de fantasía que sólo un orate, o un malvado, o alguien que se lucra de ello, puede materializar en leyes discriminatorias contra los varones hechos orcos por la gracia del Rivendell más falso, miserable y homicida que imaginarse pueda. Y de todos los trolls, esos sí que lo son, que colaboran en ello.

Transformación de la mitad de la población en orcos, generalizaciones de maldad y estigmatizaciones que, si se hicieran con una raza o religión, causarían escándalo. Inexplicable oscurantismo del Gobierno en las cifras que “no interesan”. Y demasiada gente colaborando por desconocimiento, por buenismo y, sobre todo, por ese dinero, invertido contra Mordor, que alimenta la patraña. Porque, en esta Tierra Media, no hay orcos, ni elfas: hay personas. Seres humanos buenos y malos, nobles y despreciables al margen de su sexo. Seres humanos que nunca tuvieron, ni tendrán, género.

“En caso de peligro, las mujeres y los niños, primero”

“Machete al machote” “Al varón, castración”

Respectivamente Mordor y Rivendell. Nos hemos vuelto definitivamente locos.

Dedicado a esos diputados europeos (MEP’s) que han votado a favor del Informe Rodrígues para que la doctrina falsa y desquiciada de Rivendell se imponga en los colegios por el “empoderamiento de las elfas”. Gracias.

Alicia V. Rubio Calle

Violaciones, anorexia y otros males que también sufren los hombres

Muchos de ellos, víctimas de maltrato, no hablan por vergüenza. Solo el 10 % denuncia su caso.

En promedio, cada cuatro días un hombre es violado en Colombia. Al mismo tiempo, cientos padecen cáncer de mama, anorexia, bulimia o acoso sexual. Y a diario, el Instituto Nacional de Salud (INS) registra una media de 30 casos de hombres, de todas las edades, que sufren maltrato doméstico, violencia sexual o violencia psicológica.

Pero ellos no solo son víctimas de estos azotes, sino que a su dolor deben sumarle los prejuicios, el desconocimiento y el rechazo social por padecer males que afectan mayoritariamente a las mujeres.

Casos de anorexia masculina, difíciles de identificar y están en aumento

Apenas uno de cada 100.000 hombres padece anorexia o bulimia, una tasa diez veces menor que la de las mujeres, pero que va en aumento.

La psicóloga clínica Juanita Gempeler y la psiquiatra clínica Maritza Rodríguez, a cargo del Programa Equilibrio, especializado en el diagnóstico y tratamiento integral de los trastornos de la conducta alimentaria, han visto tan solo 20 casos en sus 17 años de experiencia.

Desde hace mucho tiempo –cuentan– ellos son las víctimas invisibilizadas de la presión sobre la apariencia física. Sin embargo, son los que menos consultan. “Les cuesta trabajo, temen mucho pedir ayuda porque asocian este problema con una enfermedad ‘femenina’ y no quieren ser tildados de gais”, explica una de las doctoras, quien aclara que, si bien es cierto que la proporción de homosexuales con esta patología es mayor, no existe ninguna correlación.
Por ejemplo, sí la hay en las relaciones familiares: una persona con trastornos alimentarios en la familia aumenta en cuatro veces la probabilidad de que otro familiar la desarrolle.

Aunque las consecuencias y el desarrollo de la enfermedad no difieren mucho entre ellos y ellas, los hombres se preocupan más por la forma del cuerpo que por el peso y en lugar (o además) de vomitar o dejar de comer, se obsesionan con el ejercicio, según una investigación de la Universidad de Montreal, que examinó 24 estudios elaborados a lo largo de 15 años sobre las historias clínicas de 279 pacientes.

El psiquiatra Jorge McDouall, asesor en salud mental del ministerio del ramo, advierte que la anorexia y la bulimia trascendieron las modas y se convirtieron en una tendencia cultural “de la mano de la tendencia por ser más sanos”. “Con las redes sociales, los jóvenes están más expuestos, y ese es otro factor de riesgo”, añade. Aunque los jóvenes no son los únicos: en la mediana edad “influye más la profesión a la que se dediquen que la identidad de género. Nunca antes los hombres habían hablado tanto del gimnasio ni del ejercicio físico que realizan. Hay una gran preocupación por el éxito, por tener una estética concreta”, explica el psiquiatra. Y en la medida en que son mayores, aumenta la dificultad para reconocer que tienen un problema.

Tanto McDouall como las doctoras Gempeler y Rodríguez identifican un aumento de casos, especialmente de aquellos que presentan solo alguno de los síntomas que, según McDouall, es del 40 por ciento, y que dificulta el diagnóstico. “Los casos en los que no hay una sintomatología completa, sino solo parcial, están creciendo en todo el mundo. Y esa dificultad también la tienen los pediatras; les cuesta mucho considerar que en un niño la baja en el peso sea por un trastorno alimentario, restando importancia al diagnóstico y perdiendo un tiempo muy valioso”, dice Gempeler.

“Lo realista es que se trata de una enfermedad que afecta más a las mujeres, pero eso dificulta a los hombres acceder al tratamiento y ha contribuido a invisibilizar sus casos”, agrega la doctora Rodríguez.

Ellos ponen 10 % de las denuncias por acoso

Una de cada diez denuncias por acoso sexual es hecha por un hombre. En 39 de los 373 casos conocidos por la Fiscalía el año pasado la presunta víctima fue un varón, frente a 330 expedientes de mujeres que se sintieron acosadas y cuatro en los que no se define el género. Sin embargo, es probable que este flagelo esté impactando a una proporción mayor de hombres, muchos de los cuales no acuden a la justicia por estereotipos sociales y otras razones. Susana Rodríguez, delegada para la mujer y asuntos de género de la Defensoría del Pueblo, calcula que los hombres pueden constituir más del 20 por ciento del total de víctimas y dice que en los últimos años han aumentado los casos donde el afectado es un varón, sobre todo en el trabajo.

“En el caso de los hombres que se ven afectados por este tipo de acoso laboral, al parecer existe un porcentaje significativo donde los acosadores son otros hombres, pero el subregistro y la falta de un marco jurídico más claro dificultan el seguimiento y la realización de estudios que permitan determinar lo que ocurre con mayor profundidad”, lamenta la especialista.

Desde el 2008, cuando el Congreso de la República tipificó el acoso sexual como delito –con penas de uno a tres años de cárcel, o sea, que es excarcelable–, apenas se ha dictado una decena de condenas.

Aunque el Código Penal establece que el delito solo se configura si lo comete un jefe contra un subalterno, una encuesta contratada por el Ministerio del Trabajo concluyó a finales del 2014 que la mayoría de los casos se dan entre personas del mismo nivel jerárquico.

El mismo sondeo arrojó que uno de cada cuatro trabajadores (el 24 por ciento) menciona a las mujeres como el sexo que acosa con mayor frecuencia, frente al 66 por ciento que señaló a los hombres. Ninguno de los encuestados que reconocieron haber sido víctimas de acoso sexual reportó haber acudido a las autoridades competentes para atender esta problemática, como la Policía y la Fiscalía. El principal temor a la denuncia es la posibilidad de perder el empleo.

“Muchos casos no pueden ser demostrados, no proceden e incluso puede que desde un inicio las personas no denuncien por temor a ser sometidas a un proceso que deben demostrar quedando la carga probatoria en la víctima”, explica Rodríguez, quien denuncia la dificultad con la que se encuentran las víctimas, que tienen que demostrar el acoso “por los medios de prueba reconocidos en la ley procesal civil”.

Maltrato intrafamiliar, uno de cada 4

Según los registros del Instituto Nacional de Salud (INS), 11.026 hombres fueron víctimas de violencia el año pasado. De ellos, 10.894 sufrieron violencia doméstica (a manos de una persona de su círculo familiar); 4.953, violencia física; 3.743, privación y negligencia (estas afectan principalmente a los menores de edad); 1.586, violencia sexual y 737, solamente violencia psicológica.

Los datos, recogidos por el Instituto Nacional de Salud (INS), reflejan una realidad oculta: dos de cada diez víctimas de esta problemática son hombres. Y podrían ser más, si se tiene en cuenta que las autoridades consideran que el subregistro es mayor en hombres que en mujeres.

“Estos datos corresponden solo a las notificaciones que se dan por salud; es muy probablemente que sus heridas son serias o severas, o tuvo una gran repercusión en la salud. Hay muchas personas que se están quedando fuera del sistema, o pasan por la justicia”, explica Natalia Gutiérrez, especialista en violencia del INS. “El daño en unas y otros es el mismo, pero hay una cultura donde predomina el machismo, lo que hace que haya más víctimas mujeres y, también, que muchos hombres no se atrevan a denunciar por vergüenza”, añade.

Muchos de esos hombres son niños que quedan marcados con ese código de violencia, alerta Gutiérrez. En ambos casos (hombres y mujeres), el índice de revictimización es del 16 por ciento: incluso, las personas violadas antes de los 18 años duplican la probabilidad de ser violadas en su vida. Y los que han estado expuestos a violencia familiar en la infancia tienen un 37 por ciento de probabilidades de agredir a sus futuras parejas. “Quedan patrones subyugales”, resume la especialista.

Medicina Legal registra datos similares: de enero a noviembre, 103 hombres y 131 mujeres murieron por violencia intrafamiliar. Y 61.997 más sufrieron lesiones por esta causa (el 23,26 por ciento de ellos, hombres).

Aunque podría pensarse que los menores de edad son los más afectados, el 70 por ciento de las víctimas varones son mayores de 18 años, y la franja más vulnerable es de 20 a 45 años.

Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal, señala que la violencia intrafamiliar hacia los hombres ha aumentado un 8,7 por ciento en el último año. “Eso sucede en la medida en que la mujer adquiere un rol social más protagónico y exige del hombre”, cuenta. “Las políticas de género han permitido entender que ambos pueden ser maltratados, pero también se debería sensibilizar al hombre, ya que muchas veces la violencia verbal o psíquica pasa inadvertida”, agrega.

El cáncer de mama es una ‘patología huérfana’

La invisibilidad de los hombres en medio de problemáticas eminentemente femeninas puede costar vidas. En el caso del cáncer de mama, por ejemplo, José Joaquín Caicedo, cirujano de la Clínica del Country y presidente de la Federación Latinoamericana de Mastología, admite que muchos pacientes no son diagnosticados a tiempo porque ellos –y muchos de los médicos que los atienden– desconocen que pueden desarrollar esta enfermedad.

Se estima que apenas el 1 por ciento de las personas con cáncer de mama son hombres. Y mientras la media de edad entre las mujeres que presentan esta patología es de 30 años, en los hombres aparece en torno a los 50 o 60. Además, en ellos no es tan agresivo, ya que el cuerpo masculino no posee tanto tejido mamario donde se pueda desarrollar la enfermedad.

Todo esto hace que no haya un tratamiento específico para hombres, sino que se extrapolen los resultados de estudios realizados a mujeres. “Es una patología huérfana”, resume Carlos Lehmann, cirujano oncólogo de seno y tejidos blandos del Instituto Nacional de Cancerología.

“Como en el 99 por ciento de los casos las pacientes son mujeres, los hombres están relegados: la prevención es menor, llegan con estadios más avanzados de la enfermedad y a la hora del diagnóstico muchas veces no preguntan o los doctores no atienden la parte psicológica. Incluso, llegan a cuestionarse si están dejando de ser hombres y, por miedo, no reciben una buena atención”, agrega Lehmann.

Su colega Jaime Caicedo, neumólogo, tenía 73 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama. “Advertí algo, pensé que era una picada alrededor de la mama –cuenta–. Al segundo día, el dolor se focalizó sobre el pezón, y al tocarlo estaba duro y ligeramente doloroso. Directamente pensé que podía ser un cáncer de mama. Yo sabía que existía. Tengo un hijo médico en Bogotá y le conté, pero no me quiso creer, pensó que era una mastitis. Finalmente, pedimos una cita y esa misma semana, me hicieron una biopsia y a los ocho días me operaron. Después empecé a recibir radioterapia y otros tratamientos con estrógenos. A los señores también se les puede presentar el cáncer de mama, y cualquier anomalía, engrosamiento del pezón, o picada sobre la mama, deben consultar muy rápidamente. Yo puedo considerarme curado del cáncer”.

Los atacan con ácido casi tanto como a ellas

Son casi la mitad, y durante varios años han sido incluso más. Aunque el rostro de los ataques con ácido tiene con frecuencia nombre de mujer, los hombres han padecido esta plaga casi tanto como ellas.

De las 926 víctimas de ataques con ácido que reportó Medicina Legal para el período que va del 2004 al 2013, 471 son mujeres (el 51 por ciento) y 455 son hombres. Y en el 2008, el 2010 o el 2011 habría sido difícil sostener el argumento de que este es un tema de violencia contra la mujer. Esos años, las víctimas varones fueron el 57 por ciento, en promedio. Entre enero y noviembre del año pasado hubo 14 víctimas varones y 18 mujeres.

Las diferencias de las agresiones son marcadas según el sexo: la mujer es a menudo víctima de ‘celopatías’, mientras que, por lo general, el hombre es atacado por ajustes de cuentas.

Aunque las cifras solo aportan datos sobre el número de víctimas y no sobre sus lesiones, Natalia Gutiérrez, experta en violencia del Instituto Nacional de Salud, indica que “la severidad o el daño son más graves en la mujer; esos casos se hacen con más sevicia, atacando a la cara para dañar la imagen”.

En 126 casos de los 926 registrados por Medicina Legal, el presunto agresor es un integrante de las Fuerzas Militares, la Policía o el cuerpo de guardia del Inpec, y en 79 episodios fueron vecinos.

Violencia sexual: un caso cada seis horas

De los 1.586 hombres violentados sexualmente el año pasado (según el INS), 1.405 sufrieron abuso sexual, 86 fueron acosados –a una edad promedio de 16,9 años– y otros 89 fueron violados, a menudo con intimidación previa. Tres vivieron bajo el yugo de la explotación sexual para pornografía, prostitución o matrimonio servil, entre otras modalidades. La trata de personas registró tres víctimas hombres. En el caso de las mujeres, se registraron 13.233 casos de violencia sexual.

No es que la violencia sexual contra hombres haya aumentado, sino que hoy se denuncia y se investiga con más acierto, coinciden los expertos. Durante décadas, este fenómeno pasó inadvertido por ser considerado una deshonra para la víctima, para la familia y para la sociedad, explica Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal.

Esta institución llevó a cabo 8.683 exámenes médicos por violencia sexual entre enero y noviembre del año pasado: 7.153 a mujeres y 1.530 a hombres (17,6 por ciento).

Nada o poco tiene que ver con estratos sociales, señala Valdés. En los ataques a mujeres predomina el victimario conocido. En el hombre es al contrario. “No tenemos muy claras las causas de la violencia sexual hacia el hombre. Hay muchos vacíos. La mayoría de las veces se trata de asaltos sexuales”, dice Valdés, quien añade que los homosexuales suelen ser los más agredidos.

IRENE LARRAZ
Redacción Domingo

Por eso, mientras la sociedad profundiza en la retórica de género, ellos se ocultan en la sombra del anonimato. La vergüenza llega a ser tan grande que, en no pocos casos, ni siquiera denuncian los delitos que se cometen contra ellos.

“Nuestras leyes penales son muy machistas. Por ejemplo, hacen ver la violencia sexual contra el hombre como un caso exótico, como de circo, algo que no puede ser, lo que evita que las víctimas denuncien con libertad y sin riesgo de ser estigmatizadas. Se requiere de una estructura psicológica y de una posición social muy fuertes para que un hombre llegue a denunciar”, señala Carlos Eduardo Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina Legal.

Si bien es cierto que en la mayoría de estas problemáticas la principal víctima es la mujer, eso mismo ha contribuido a invisibilizar a la minoría masculina que padece los mismos calvarios.

“Esa mayoría a veces enreda y dificulta que se trate con efectividad a los hombres”, reconoce la psiquiatra clínica Maritza Rodríguez, que trata a hombres con trastornos de conducta alimenticia. “A los pediatras, por ejemplo, les cuesta considerar la baja de peso en niños como un trastorno de la alimentación y retrasan el diagnóstico, con efectos fatales”, dice.
“A diferencia de las mujeres, ellos siempre han tenido derechos que los protegen, pero nunca se han atrevido a usarlos y denunciar, porque la sociedad les ha dicho que no pueden llorar, ni tampoco ser las víctimas”, concluye María Consuelo Arenas, subdirectora de la Secretaría de Integración Social de Bogotá.

Así, acaban doblemente victimizados por una sociedad en la que –en palabras de Natalia Gutiérrez, experta en violencia del INS– “el hombre siempre va a ser motivo de burla si hace este tipo de denuncias. El subregistro es enorme”.

 

Fuente: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/casos-de-hombres-victimas-de-maltrato-cancer-de-mama-o-anorexia/15213755