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De la minifalda a la Ley de Violencia de Género para justificar asesinatos machistas

Recuerdo que el verano de mis 15 tuve noticia, por primera vez de primera mano, del asesinato de una mujer a manos de su marido. La pareja regentaba un negocio de venta de muebles justo al lado de la tienda de mi padre y de ellos se podría decir lo que 10 de cada 10 vecinos de parejas tocadas por la violencia de género suelen decir: “eran una pareja normal”.

Hasta que un día él la mató. No supe mucho más a parte de que él la estranguló hasta asfixiarla, no había antecedentes aparentes de malos tratos y nada parecía indicar que algo así pudiera suceder. Pero sucedió. Y tras la conmoción inicial, se desató el habitual escrutinio de la vida de la pareja para tratar de explicar el asesinato.

En ese momento me encontraba en la tienda de mi padre y, con la curiosidad de mis 15, me dispuse a escuchar la conversación del grupo de padres de familia que se encontraban en ese momento en el establecimiento. Lamentaciones varias, gestos de consternación… y de repente alguien dejó caer el comentario: “la verdad es que se ponía unas faldas… lo mismo el pobre hombre no pudo más”.

Me quedé estupefacta. ¿Debía empezar a preocuparme por mis faldas? ¿Sería en el futuro víctima responsable de cabrear tanto a una persona como para justificar que me matara? Corría el año 1.997 y casi 20 años después no hemos avanzado tanto como creemos: siguen muriendo mujeres a manos de sus parejas o ex-parejas, y sigue habiendo quien trata de justificar la violencia machista.

A pesar de todo lo que hemos avanzado, hay quien ha cambiado las faldas por la Ley de Violencia de Género y demás legislación impulsada por el Lobby Feminazi -esa poderosísima (e imaginaria) organización de mujeres gordas, feas, bigotudas y lesbianas, muy lesbianas, cuyo objetivo real no es la Igualdad sino el sometimiento del hombre-. La cuestión es encontrar un argumento para seguir justificando lo injustificable. 

El mito de las denuncias falsas y las detenciones ilegales

Cada vez con más frecuencia, en cuanto se produce un asesinato machista se desata un virulento debate en el que parte del sector masculino se dedica a hacer campaña en contra del feminismo, en defensa de los derechos del hombre e incluso llega a justificar al asesino por ese supuesto maltrato del que se declaran víctimas. Los mecanismos más frecuentes son los siguientes:

– Negación: “la violencia es violencia, no es machista ni feminista” (llegan a utilizar los términos de forma antagónica). “Las feminazis utilizan el machismo para seguir beneficando a la mujer sobre el hombre”. “Este hombre no ha matado a su mujer porque fuera machista sino porque estaba loco”

– Menosprecio del sufrimiento de la víctima de violencia machista o intento de restarle importancia al asunto. Normalmente viene seguido de la denuncia del maltrato que sufren los hombres, silenciado por el lobby feminazi, y/o la culpabilización de las víctimas.

– Equiparación de la violencia machista con el maltrato del hombre por parte de la mujer. Comparable a equiparar el abuso sexual infantil con el maltrato de un hijo hacia sus padres.

– El más vergonzoso e ignominioso de todos los argumentos: la justificación del crimen por los efectos de la Ley que tiene por objetivo evitar estos crímenes. En este caso, hasta periodistas de renombre y una innegable capacidad de influencia sobrela sociedad aprovechan su posición para alimentar la vergonzosa justificación (en un ejercicio de irresponsabilidad extremo que debería ser penado):

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De todas las medidas que incluye la Ley de Violencia de Género, hay una a la que los seguidores de esta corriente de pensamiento se agarran como a un clavo ardiendo: las detenciones que se llevan en caso de denuncia falsa. Denuncias que, según datos de la Fiscalía General del Estado desde 2009 a 2013, no suponen ni el 0,1% del total de denuncias:

Muchos otros recurren al tema de la custodia de los hijos y las pensiones alimenticias en caso de divorcio, llegando a responsabilizar a las mujeres del suicidio masculino. Curiosamente, no ven las pensiones impagadas ni la violencia que ejercen muchos maltratadores sobre sus ex mujeres a través de sus propios hijos, incluso llegando a matarlos gracias a esa misma Ley que dicen que les perjudica pero que deja a los niños en manos de maltratadores en nombre de la custodia compartida. Pero eso tampoco lo ven.

¿Por qué esta necesidad de hacerse pasar por víctimas y tener que defenderse atacando a las mujeres? La respuesta es extensa y los motivos variados, pero casi siempre parecen estar ligados a un temor a que la Igualdad se salde con una merma de sus derechos en el contexto de la sociedad patriarcal en la que han crecido, acostumbrados a disfrutar de todos los derechos y libertades sin tener que competir con sus homólogas femeninas (este vídeo representa este fenómeno a la perfección).

Así, ante los esfuerzos que se invierten para acabar con la violencia machista contraponen una supuesta superprotección de la mujer (que de momento no parece dar muchos frutos si consideramos que las denuncias por maltrato no disminuyen y la cifra de asesinatos machistas tampoco) frente a una supuesta indefensión del hombre.

5 reflexiones que imposibilitan justificar la violencia machista

Aún con todo, en un ejercicio de empatía extrema, me pongo en el lugar de los hombres que viven con miedo a la Ley de Violencia de Género y me solidarizo: es horrible sentirse indefenso. De eso sabemos mucho las mujeres, convivimos el miedo desde que tenemos uso de razón y éste nos acompaña toda la vida.

Dia_contra_la_violencia_machistaInsisto: me solidarizo. Porque es horrible sufrir por algo que no has hecho. Como cuando un amigo intenta un acercamiento sexual y al ser rechazado nos acusa de ser una golfa calientapol habernos insinuado. O como cuando un extraño te soba el culo en una disco porque dice que con esos vaqueros ceñidos vas provocando. O como cuando abusan sexualmente de ti mientras estás inconsciente pero hasta el juez desestima que haya habido violación porque no has dicho “NO” claramente (además, si has bebido tanto fijo que es porque tenías ganas de marcha, golfilla…).

Pero más horrible que el miedo y la injusticia es tratar de justificar el acto de un asesino que ha matado a una persona porque se creía superior a ella, porque la consideraba de su propiedad. Además de horrible, es mezquino, absurdo, inexplicable. Y aunque está muy de sobra, porque en materia de violencia de género no hay justificación que valga, sí me gustaría reflexionar sobre 5 puntos que hacen imposible que nadie con dos dedos de frente utilice las leyes para explicar una acción tan aberrante:

Primero: el sufrimiento de una persona no justifica que haga daño a otra. Sufrir no es una licencia para herir.

Segundo: la gran mayoría de hombres que agreden o asesinan a sus mujeres no han sufrido en ningún momento los rigores de la Ley de Violencia de Género ni de las políticas de Igualdad. Muchos ni siquiera fueron denunciados jamás.

Tercero: la mayoría de los hombres que manifiestan sentirse maltratados por la Ley, nunca han tenido problemas a causa de esta Ley. Es poco ético anteponer un sufrimiento inexistente al sufrimiento REAL de una persona que precisamente esa Ley intenta proteger. 

Cuarto: con los datos en la mano, hay motivos más que suficientes para actuar ante la más mínima sospecha de maltrato. Normalmente los partes médicos hablan por sí solos. Y si de verdad crees que la mayoría de mujeres denunciantes se autolesionan… has visto muchas películas.

Quinto: queda mucho por hacer en materia de Igualdad si crees, como yo, que Igualdad también es que nosotras podamos volver a casa a cualquier hora sin tener que pedirle al taxista que espere hasta que entremos en el portal; que podamos disfrutar del Chupinazo de los Sanfermines sin ser abusadas sexualmente; que a ninguna mujer le pregunten si piensa tener hijos en una entrevista de trabajo; que, como bien decía Barbijaputa en su último post en alusión al asesinato de Laura y Marina en Cuenca, no tengamos que ir con una amiga a recoger nuestras cosas a casa de nuestro ex. La lista de “ques” es inagotable.

Os aseguro que estoy enfadada hasta la indignación y que siempre es tentador empezar a despotricar y utilizar otro tono para señalar lo que me parece inaceptable. Recurrir al “estoy hasta el coño” que veo mucho por redes sociales últimamente. Pero la verdad que no necesito ni violencia en mis palabras, ni palabras malsonantes para empoderarme y hablar claro. Yo vengo empoderada de casa.

Prefiero repetir hasta la saciedad que LA IGUALDAD ES COSA DE TODOS y para avanzar en materia de Igualdad necesitamos acabar con el miedo y la amenaza real que supone el machismo, una amenaza que demasiado habitualmente se consuma y mata. Y para acabar con ello nos necesitamos A TODOS, hombres y mujeres, sin excepción. Unidos.

Porque el feminismo no es lo opuesto al machismo, es un movimiento de todos y para todos que busca la Igualdad entre el hombre y la mujer. No existe el tal movimiento “feminazi” ni mucho menos lo que llaman hembrismo. No nos creemos superiores, ni queremos serlo. No buscamos venganza, ni cobrarnos la revancha.

Las mujeres solo queremos VIVIR EN LIBERTAD Y EN IGUALDAD de derechos, obligaciones y oportunidades. Queremos VIVIR SIN MIEDO. Pero ante todo vivas, NOS QUEREMOS VIVAS.

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De elfas y orcos. Violencia de género. Una reflexión de Alicia V. Rubio Calle

La ideología de género tiene como uno de sus objetivos primordiales la demonización ontológica del varón, la degradación de la mujer, la manipulación de los niños y la destrucción de la familia.

Puesto que la demonización del varón es uno de los objetivos de la malhadada ideología de género, unos medios informativos perfectamente orquestados y manipuladores se empeñan en darnos una visión negativa de ese colectivo, los varones que, casualmente, son la mitad de la sociedad.

Al varón se le trata de dibujar como un ser violento e hipersexualizado, incapaz de controlar sus pulsiones lascivas y homicidas, un ser despreciable. Vamos, un orco.

Las mujeres, en cambio, son presentadas como unos seres beatíficos incapaces de guerras y violencias a los que los orcos tratan de esclavizar sexual y domésticamente y a las que obligan a tener y criar hijos orcos que continúen con el dominio y elfas que sirvan a los nuevos orcos.

Estos orcos sin sentimientos, como ya han sospechado, pertenecen a un Mordor terrorífico llamado patriarcado, que domina la tierra media desde su lúgubre y secreta morada y dirige, sin excepción, las mentes simples y perversas de todos sus súbditos orcos.

Sin embargo, nos cuentan que algunas elfas valientes se han rebelado contra Mordor y sus orcos y tratan de instaurar un bello Rivendell donde podamos vivir en paz las elfas y algún orco al que, si se hace consciente de su maldad intrínseca y colabora a la destrucción de Mordor, se le perdona lo feo y malo que es.

Se supone que ustedes y yo vivimos en tan angustioso lugar, pese a que no tengamos la percepción de que sea así. Y, por ello, por nuestra clara evidencia de que todo ese mundo de elfas y orcos es una mentira, los medios de comunicación y, lo que es peor, nuestros gobernantes, se afanan en presentar como real, con los métodos más arteros y miserables, ese mundo imaginado.

Nuestros gobernantes, encima, rivalizan en encabezar la cruzada contra Mordor y en resolver la situación venciendo a ese monstruo invisible y a sus odiosos seguidores, concretamente la mitad de los españoles. 

Para ello destinan ingentísimos fondos, pese a que muchos, ni vemos Mordor, ni vemos orcos, ni vemos el destino de los fondos, ni se resuelve nada de lo que cuentan que pasa y que sigue pasando (¡si deja de pasar, se acabaron los fondos!) como si los miles de millones de euros contra Mordor se esfumaran de camino. Y es que, de camino a ese Mordor imaginado hay cantidad de bolsillos agradecidos con los colores de la bandera de Rivendell.

Como la elfa no puede ser violenta y matar, desde el año 2010 las estadísticas oficiales no reflejan las cifras de orcos asesinados por sus parejas elfas. En cambio, sí se refleja la situación inversa: las elfas asesinadas por orcos (una media de 60 al año en una población de 22.000.000 de elfas, y una de las más bajas de de la Tierra Media Europea) son aireadas y repetidas hasta la saciedad.

Asociaciones civiles contabilizan los orcos muertos a manos de elfas a través de la prensa, local en muchos casos: vamos, que sólo las ven los hobbits de La Comarca, pues la muerte de orcos en esta sociedad dirigida por Mordor no merece, curiosamente, prensa nacional. Y la media oscila alrededor de 30 al año. La mitad que elfas, pero no existen. Dicen que no los mata Mordor y, por ello, su muerte y su mísera vida orca no valen un duelo. Me pregunto si los mata Rivendell.

Jopetas. Diríase que ni las elfas son tan buenas y tan inofensivas, ni los orcos tan malos.

Pues no. Como las elfas, tan buenas ellas, no mienten, en la Tierra Media hay una ley (LIVG) que, sólo con la palabra de la elfa afirmando que el orco ha puesto “cara de contactar con Mordor”, el orco con el que convive va al calabozo sin presunción de inocencia, que para eso es un malo malísimo. La elfa, en clarísima situación de desamparo se queda con la casa, los elforquitos y una pensión que el orco ha de pagar aunque se muera de hambre.

¿Y si una elfa mintiera por odio, por venganza, por interés? Pero no, no mienten nunca. No existen las denuncias falsas.

Los orcos, en su infinita maldad y oyendo la voces de Mordor, a veces matan a sus hijos (sin distinción entre elfas y orcos). Mientras se estuvo contemplando en las estadísticas oficiales, los orcos mataban un 33% de las criaturas. A partir de 2011 se dejó de reflejar en las mismas… quizá porque ese 66% restante de asesinados por sus progenitores recaía en las elfas. Y una elfa no mata. Y si mata es por locura, depresión o enajenación. El orco mata por maldad. Jamás tiene depresión, esquizofrenia, alcoholismo… Por maldad y porque se lo manda Mordor. A la bondadosa elfa… ¿no se lo manda Rivendell?

Las cifras, pese al oscurantismo oficial, siguen siendo las mismas: 33% versus 66% “a favor” de las elfas. Los niños que matan estas elfas no existen, no se les da proyección pública. Sólo existen dos “momentos hobbit” en la vorágine informativa: para informar de su muerte y para informar de que la elfa asesina tenía depresión o enfermedad mental. Justificado, por tanto, y cerrado el caso. Hay quién llama angelitos negros a eso pobres niños muertos a manos de sus madres.

El mismo oscurantismo que hay desde 2010 respecto al estado civil (en proceso de separación) de los orcos que se suicidan, cosa extraña en un mundo que tanto les beneficia. Asociaciones civiles aventuran que superan el millar al año por la aplicación legislativa de ese universo de fantasía que sólo un orate, o un malvado, o alguien que se lucra de ello, puede materializar en leyes discriminatorias contra los varones hechos orcos por la gracia del Rivendell más falso, miserable y homicida que imaginarse pueda. Y de todos los trolls, esos sí que lo son, que colaboran en ello.

Transformación de la mitad de la población en orcos, generalizaciones de maldad y estigmatizaciones que, si se hicieran con una raza o religión, causarían escándalo. Inexplicable oscurantismo del Gobierno en las cifras que “no interesan”. Y demasiada gente colaborando por desconocimiento, por buenismo y, sobre todo, por ese dinero, invertido contra Mordor, que alimenta la patraña. Porque, en esta Tierra Media, no hay orcos, ni elfas: hay personas. Seres humanos buenos y malos, nobles y despreciables al margen de su sexo. Seres humanos que nunca tuvieron, ni tendrán, género.

“En caso de peligro, las mujeres y los niños, primero”

“Machete al machote” “Al varón, castración”

Respectivamente Mordor y Rivendell. Nos hemos vuelto definitivamente locos.

Dedicado a esos diputados europeos (MEP’s) que han votado a favor del Informe Rodrígues para que la doctrina falsa y desquiciada de Rivendell se imponga en los colegios por el “empoderamiento de las elfas”. Gracias.

Alicia V. Rubio Calle

Violaciones, anorexia y otros males que también sufren los hombres

Muchos de ellos, víctimas de maltrato, no hablan por vergüenza. Solo el 10 % denuncia su caso.

En promedio, cada cuatro días un hombre es violado en Colombia. Al mismo tiempo, cientos padecen cáncer de mama, anorexia, bulimia o acoso sexual. Y a diario, el Instituto Nacional de Salud (INS) registra una media de 30 casos de hombres, de todas las edades, que sufren maltrato doméstico, violencia sexual o violencia psicológica.

Pero ellos no solo son víctimas de estos azotes, sino que a su dolor deben sumarle los prejuicios, el desconocimiento y el rechazo social por padecer males que afectan mayoritariamente a las mujeres.

Casos de anorexia masculina, difíciles de identificar y están en aumento

Apenas uno de cada 100.000 hombres padece anorexia o bulimia, una tasa diez veces menor que la de las mujeres, pero que va en aumento.

La psicóloga clínica Juanita Gempeler y la psiquiatra clínica Maritza Rodríguez, a cargo del Programa Equilibrio, especializado en el diagnóstico y tratamiento integral de los trastornos de la conducta alimentaria, han visto tan solo 20 casos en sus 17 años de experiencia.

Desde hace mucho tiempo –cuentan– ellos son las víctimas invisibilizadas de la presión sobre la apariencia física. Sin embargo, son los que menos consultan. “Les cuesta trabajo, temen mucho pedir ayuda porque asocian este problema con una enfermedad ‘femenina’ y no quieren ser tildados de gais”, explica una de las doctoras, quien aclara que, si bien es cierto que la proporción de homosexuales con esta patología es mayor, no existe ninguna correlación.
Por ejemplo, sí la hay en las relaciones familiares: una persona con trastornos alimentarios en la familia aumenta en cuatro veces la probabilidad de que otro familiar la desarrolle.

Aunque las consecuencias y el desarrollo de la enfermedad no difieren mucho entre ellos y ellas, los hombres se preocupan más por la forma del cuerpo que por el peso y en lugar (o además) de vomitar o dejar de comer, se obsesionan con el ejercicio, según una investigación de la Universidad de Montreal, que examinó 24 estudios elaborados a lo largo de 15 años sobre las historias clínicas de 279 pacientes.

El psiquiatra Jorge McDouall, asesor en salud mental del ministerio del ramo, advierte que la anorexia y la bulimia trascendieron las modas y se convirtieron en una tendencia cultural “de la mano de la tendencia por ser más sanos”. “Con las redes sociales, los jóvenes están más expuestos, y ese es otro factor de riesgo”, añade. Aunque los jóvenes no son los únicos: en la mediana edad “influye más la profesión a la que se dediquen que la identidad de género. Nunca antes los hombres habían hablado tanto del gimnasio ni del ejercicio físico que realizan. Hay una gran preocupación por el éxito, por tener una estética concreta”, explica el psiquiatra. Y en la medida en que son mayores, aumenta la dificultad para reconocer que tienen un problema.

Tanto McDouall como las doctoras Gempeler y Rodríguez identifican un aumento de casos, especialmente de aquellos que presentan solo alguno de los síntomas que, según McDouall, es del 40 por ciento, y que dificulta el diagnóstico. “Los casos en los que no hay una sintomatología completa, sino solo parcial, están creciendo en todo el mundo. Y esa dificultad también la tienen los pediatras; les cuesta mucho considerar que en un niño la baja en el peso sea por un trastorno alimentario, restando importancia al diagnóstico y perdiendo un tiempo muy valioso”, dice Gempeler.

“Lo realista es que se trata de una enfermedad que afecta más a las mujeres, pero eso dificulta a los hombres acceder al tratamiento y ha contribuido a invisibilizar sus casos”, agrega la doctora Rodríguez.

Ellos ponen 10 % de las denuncias por acoso

Una de cada diez denuncias por acoso sexual es hecha por un hombre. En 39 de los 373 casos conocidos por la Fiscalía el año pasado la presunta víctima fue un varón, frente a 330 expedientes de mujeres que se sintieron acosadas y cuatro en los que no se define el género. Sin embargo, es probable que este flagelo esté impactando a una proporción mayor de hombres, muchos de los cuales no acuden a la justicia por estereotipos sociales y otras razones. Susana Rodríguez, delegada para la mujer y asuntos de género de la Defensoría del Pueblo, calcula que los hombres pueden constituir más del 20 por ciento del total de víctimas y dice que en los últimos años han aumentado los casos donde el afectado es un varón, sobre todo en el trabajo.

“En el caso de los hombres que se ven afectados por este tipo de acoso laboral, al parecer existe un porcentaje significativo donde los acosadores son otros hombres, pero el subregistro y la falta de un marco jurídico más claro dificultan el seguimiento y la realización de estudios que permitan determinar lo que ocurre con mayor profundidad”, lamenta la especialista.

Desde el 2008, cuando el Congreso de la República tipificó el acoso sexual como delito –con penas de uno a tres años de cárcel, o sea, que es excarcelable–, apenas se ha dictado una decena de condenas.

Aunque el Código Penal establece que el delito solo se configura si lo comete un jefe contra un subalterno, una encuesta contratada por el Ministerio del Trabajo concluyó a finales del 2014 que la mayoría de los casos se dan entre personas del mismo nivel jerárquico.

El mismo sondeo arrojó que uno de cada cuatro trabajadores (el 24 por ciento) menciona a las mujeres como el sexo que acosa con mayor frecuencia, frente al 66 por ciento que señaló a los hombres. Ninguno de los encuestados que reconocieron haber sido víctimas de acoso sexual reportó haber acudido a las autoridades competentes para atender esta problemática, como la Policía y la Fiscalía. El principal temor a la denuncia es la posibilidad de perder el empleo.

“Muchos casos no pueden ser demostrados, no proceden e incluso puede que desde un inicio las personas no denuncien por temor a ser sometidas a un proceso que deben demostrar quedando la carga probatoria en la víctima”, explica Rodríguez, quien denuncia la dificultad con la que se encuentran las víctimas, que tienen que demostrar el acoso “por los medios de prueba reconocidos en la ley procesal civil”.

Maltrato intrafamiliar, uno de cada 4

Según los registros del Instituto Nacional de Salud (INS), 11.026 hombres fueron víctimas de violencia el año pasado. De ellos, 10.894 sufrieron violencia doméstica (a manos de una persona de su círculo familiar); 4.953, violencia física; 3.743, privación y negligencia (estas afectan principalmente a los menores de edad); 1.586, violencia sexual y 737, solamente violencia psicológica.

Los datos, recogidos por el Instituto Nacional de Salud (INS), reflejan una realidad oculta: dos de cada diez víctimas de esta problemática son hombres. Y podrían ser más, si se tiene en cuenta que las autoridades consideran que el subregistro es mayor en hombres que en mujeres.

“Estos datos corresponden solo a las notificaciones que se dan por salud; es muy probablemente que sus heridas son serias o severas, o tuvo una gran repercusión en la salud. Hay muchas personas que se están quedando fuera del sistema, o pasan por la justicia”, explica Natalia Gutiérrez, especialista en violencia del INS. “El daño en unas y otros es el mismo, pero hay una cultura donde predomina el machismo, lo que hace que haya más víctimas mujeres y, también, que muchos hombres no se atrevan a denunciar por vergüenza”, añade.

Muchos de esos hombres son niños que quedan marcados con ese código de violencia, alerta Gutiérrez. En ambos casos (hombres y mujeres), el índice de revictimización es del 16 por ciento: incluso, las personas violadas antes de los 18 años duplican la probabilidad de ser violadas en su vida. Y los que han estado expuestos a violencia familiar en la infancia tienen un 37 por ciento de probabilidades de agredir a sus futuras parejas. “Quedan patrones subyugales”, resume la especialista.

Medicina Legal registra datos similares: de enero a noviembre, 103 hombres y 131 mujeres murieron por violencia intrafamiliar. Y 61.997 más sufrieron lesiones por esta causa (el 23,26 por ciento de ellos, hombres).

Aunque podría pensarse que los menores de edad son los más afectados, el 70 por ciento de las víctimas varones son mayores de 18 años, y la franja más vulnerable es de 20 a 45 años.

Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal, señala que la violencia intrafamiliar hacia los hombres ha aumentado un 8,7 por ciento en el último año. “Eso sucede en la medida en que la mujer adquiere un rol social más protagónico y exige del hombre”, cuenta. “Las políticas de género han permitido entender que ambos pueden ser maltratados, pero también se debería sensibilizar al hombre, ya que muchas veces la violencia verbal o psíquica pasa inadvertida”, agrega.

El cáncer de mama es una ‘patología huérfana’

La invisibilidad de los hombres en medio de problemáticas eminentemente femeninas puede costar vidas. En el caso del cáncer de mama, por ejemplo, José Joaquín Caicedo, cirujano de la Clínica del Country y presidente de la Federación Latinoamericana de Mastología, admite que muchos pacientes no son diagnosticados a tiempo porque ellos –y muchos de los médicos que los atienden– desconocen que pueden desarrollar esta enfermedad.

Se estima que apenas el 1 por ciento de las personas con cáncer de mama son hombres. Y mientras la media de edad entre las mujeres que presentan esta patología es de 30 años, en los hombres aparece en torno a los 50 o 60. Además, en ellos no es tan agresivo, ya que el cuerpo masculino no posee tanto tejido mamario donde se pueda desarrollar la enfermedad.

Todo esto hace que no haya un tratamiento específico para hombres, sino que se extrapolen los resultados de estudios realizados a mujeres. “Es una patología huérfana”, resume Carlos Lehmann, cirujano oncólogo de seno y tejidos blandos del Instituto Nacional de Cancerología.

“Como en el 99 por ciento de los casos las pacientes son mujeres, los hombres están relegados: la prevención es menor, llegan con estadios más avanzados de la enfermedad y a la hora del diagnóstico muchas veces no preguntan o los doctores no atienden la parte psicológica. Incluso, llegan a cuestionarse si están dejando de ser hombres y, por miedo, no reciben una buena atención”, agrega Lehmann.

Su colega Jaime Caicedo, neumólogo, tenía 73 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama. “Advertí algo, pensé que era una picada alrededor de la mama –cuenta–. Al segundo día, el dolor se focalizó sobre el pezón, y al tocarlo estaba duro y ligeramente doloroso. Directamente pensé que podía ser un cáncer de mama. Yo sabía que existía. Tengo un hijo médico en Bogotá y le conté, pero no me quiso creer, pensó que era una mastitis. Finalmente, pedimos una cita y esa misma semana, me hicieron una biopsia y a los ocho días me operaron. Después empecé a recibir radioterapia y otros tratamientos con estrógenos. A los señores también se les puede presentar el cáncer de mama, y cualquier anomalía, engrosamiento del pezón, o picada sobre la mama, deben consultar muy rápidamente. Yo puedo considerarme curado del cáncer”.

Los atacan con ácido casi tanto como a ellas

Son casi la mitad, y durante varios años han sido incluso más. Aunque el rostro de los ataques con ácido tiene con frecuencia nombre de mujer, los hombres han padecido esta plaga casi tanto como ellas.

De las 926 víctimas de ataques con ácido que reportó Medicina Legal para el período que va del 2004 al 2013, 471 son mujeres (el 51 por ciento) y 455 son hombres. Y en el 2008, el 2010 o el 2011 habría sido difícil sostener el argumento de que este es un tema de violencia contra la mujer. Esos años, las víctimas varones fueron el 57 por ciento, en promedio. Entre enero y noviembre del año pasado hubo 14 víctimas varones y 18 mujeres.

Las diferencias de las agresiones son marcadas según el sexo: la mujer es a menudo víctima de ‘celopatías’, mientras que, por lo general, el hombre es atacado por ajustes de cuentas.

Aunque las cifras solo aportan datos sobre el número de víctimas y no sobre sus lesiones, Natalia Gutiérrez, experta en violencia del Instituto Nacional de Salud, indica que “la severidad o el daño son más graves en la mujer; esos casos se hacen con más sevicia, atacando a la cara para dañar la imagen”.

En 126 casos de los 926 registrados por Medicina Legal, el presunto agresor es un integrante de las Fuerzas Militares, la Policía o el cuerpo de guardia del Inpec, y en 79 episodios fueron vecinos.

Violencia sexual: un caso cada seis horas

De los 1.586 hombres violentados sexualmente el año pasado (según el INS), 1.405 sufrieron abuso sexual, 86 fueron acosados –a una edad promedio de 16,9 años– y otros 89 fueron violados, a menudo con intimidación previa. Tres vivieron bajo el yugo de la explotación sexual para pornografía, prostitución o matrimonio servil, entre otras modalidades. La trata de personas registró tres víctimas hombres. En el caso de las mujeres, se registraron 13.233 casos de violencia sexual.

No es que la violencia sexual contra hombres haya aumentado, sino que hoy se denuncia y se investiga con más acierto, coinciden los expertos. Durante décadas, este fenómeno pasó inadvertido por ser considerado una deshonra para la víctima, para la familia y para la sociedad, explica Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal.

Esta institución llevó a cabo 8.683 exámenes médicos por violencia sexual entre enero y noviembre del año pasado: 7.153 a mujeres y 1.530 a hombres (17,6 por ciento).

Nada o poco tiene que ver con estratos sociales, señala Valdés. En los ataques a mujeres predomina el victimario conocido. En el hombre es al contrario. “No tenemos muy claras las causas de la violencia sexual hacia el hombre. Hay muchos vacíos. La mayoría de las veces se trata de asaltos sexuales”, dice Valdés, quien añade que los homosexuales suelen ser los más agredidos.

IRENE LARRAZ
Redacción Domingo

Por eso, mientras la sociedad profundiza en la retórica de género, ellos se ocultan en la sombra del anonimato. La vergüenza llega a ser tan grande que, en no pocos casos, ni siquiera denuncian los delitos que se cometen contra ellos.

“Nuestras leyes penales son muy machistas. Por ejemplo, hacen ver la violencia sexual contra el hombre como un caso exótico, como de circo, algo que no puede ser, lo que evita que las víctimas denuncien con libertad y sin riesgo de ser estigmatizadas. Se requiere de una estructura psicológica y de una posición social muy fuertes para que un hombre llegue a denunciar”, señala Carlos Eduardo Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina Legal.

Si bien es cierto que en la mayoría de estas problemáticas la principal víctima es la mujer, eso mismo ha contribuido a invisibilizar a la minoría masculina que padece los mismos calvarios.

“Esa mayoría a veces enreda y dificulta que se trate con efectividad a los hombres”, reconoce la psiquiatra clínica Maritza Rodríguez, que trata a hombres con trastornos de conducta alimenticia. “A los pediatras, por ejemplo, les cuesta considerar la baja de peso en niños como un trastorno de la alimentación y retrasan el diagnóstico, con efectos fatales”, dice.
“A diferencia de las mujeres, ellos siempre han tenido derechos que los protegen, pero nunca se han atrevido a usarlos y denunciar, porque la sociedad les ha dicho que no pueden llorar, ni tampoco ser las víctimas”, concluye María Consuelo Arenas, subdirectora de la Secretaría de Integración Social de Bogotá.

Así, acaban doblemente victimizados por una sociedad en la que –en palabras de Natalia Gutiérrez, experta en violencia del INS– “el hombre siempre va a ser motivo de burla si hace este tipo de denuncias. El subregistro es enorme”.

 

Fuente: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/casos-de-hombres-victimas-de-maltrato-cancer-de-mama-o-anorexia/15213755

Prolifera la agrupación de denunciantes a equipos psico-sociales de Juzgados de Familia y Género

Sábado, 12 de septiembre de 2015.

Elaboran informes tergiversados, falsarios y ocultistas

En este Diario venimos publicando una serie de artículos sobre casos de niños sustraídos a progenitores por el Estado de forma irregular o su intento, sacándolos de su entorno familiar natural para derivarlos hacia residencias concertadas o familias de acogida o adopción, haciendo hincapié en el papel protagonista que ejercen los equipos psicosociales de muchos juzgados que, influidos por intereses de la “Ideología de Género”, elaboran informes tergiversados, falsarios y ocultistas que dan motivos para decisiones judiciales que, de otra forma, parecerían absolutamente injustificables.

 

En el primero de la serie (“Gabinetes psicosociales de Familia: salta el escándalo” publicado el 23 de julio de 2015) se presentaba una iniciativa, encabezada por un grupo de damnificados andaluces, que consiste en presentar denuncias individuales que, sumándose a un expediente ya abierto, generan una colectividad o agrupación. Para facilitar el camino a aquellos afectados anónimos que desearan sumarse, se ofrecía un correo electrónico de contacto que continúa disponible: sereshumanosymenoresdestruidos@hotmail.com

 

Tras la presentación de la denuncia, se han ido sumando personas de todo el país, tanto hombres como mujeres y matrimonios o parejas a los que se les ha sustraído los hijos o se les ha apartado a alguna de las dos familias parentales, mediante decisiones judiciales basadas en informes falseados. A día de hoy, tenemos constancia que hay denuncias en Sevilla, Córdoba, Cádiz, Huelva, Almería, Murcia, Barcelona, Madrid, Valencia, Asturias, Vizcaya y Palencia y que se están preparando en otras provincias como Granada, Baleares, Tarragona, León, Zamora o Pontevedra, en una movilización ciudadana sin precedentes en España. Se denuncia todo tipo de abusos a menores, mujeres y hombres por parte de las Instituciones del Estado Español que supongan una VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DEL MENOR. Al ser un tipo de delito que NO PRESCRIBE, se puede denunciar casos antiguos como fue el de los “Niños Robados” que había ocurrido entre los años 70 y80.

 

La mecánica para unirse a esa denuncia es sencilla:

 

  1. En primer, lugar cada afectado debe redactar el suceso que quiere denunciar. Lo puede hacer por sí mismo, pedir ayuda a los compañeros a través del correo colectivo o a su abogado. Aunque generalmente los abogados se resisten a emprender acciones contra profesionales de los juzgados con los que tendrán que seguir trabajando después, en este caso no tienen que representar al denunciante, sino tan solo ayudarles a redactar el texto.
  2. La denuncia se dirige a la Unidad de Apoyo de la Fiscalía General del Estado, para unirlo al expediente de Diligencias de Investigación 1213/2013. Se presenta con registro de entrada ante cualquier ventanilla de Registro General de la Administración Pública del Territorio Nacional. También se puede presentar por correo electrónico, como han hecho la mayoría de los denunciantes, dirigiéndolo a: atencionalciudadano.fge@fiscal.es , indicando en el “asunto” del correo el número de Diligencias anteriormente citado y adjuntando en PDF los archivos con el informe psicosocial que se denuncia y las pruebas que demuestran que el informe es falaz, manipulado, tergiversado u ocultista.
  3. A continuación hay que entregar una copia de la denuncia y pruebas entregadas para la Fiscalía General del Estado en la Policía Judicial de la Guardia Civil, en la Comandancia de la provincia donde sucedieron los hechos denunciados. Se puede presentar y pedir que se registren en el Cuartel de la Guardia Civil más cercano, dejando constancia que no se acude a denunciar nada, sino a realizar un “registro de pruebas” para una investigación que ya se encuentra abierta. También se puede hacer en el Registro de entrada de cualquier organismo oficial, incluido Correos, dirigiéndolo a la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia donde sucedieron los hechos. No hay que acudir a la Policía Nacional ya que son cuerpos totalmente diferentes y que la investigación está abierta en la Policía Judicial de la Guardia Civil. El que resida en el extranjero lo puede hacer en la Embajada de España en el país correspondiente.

 

El camino se puede continuar de la mano de los organizadores de este colectivo, comunicando la denuncia a organismos Nacionales e internacionales como el Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo, el Rey, el Papa, las embajadas de Países de la Unión Europea, etc. Por vía judicial, ya se ha presentado denuncia colectiva contra el Estado Español en el Tribunal Internacional de La Haya que, tras su conocimiento, ha expresado su asombro ante toda la barbarie humana que durante más de diez años se ha sufrido en España. Para sumarse a este nuevo paso se ha tenido que dar los anteriores. La primera, la interpuso un hombre de Sevilla en agosto de 2015 y ya se le han sumado dos hombres y una mujer más en Sevilla, así como una pareja de Barcelona y otra Valencia y mujeres de Madrid y Asturias.

 

Gracias a esta iniciativa colectiva, muchos ciudadanos ya han perdido el miedo a esto que califican de “trama mafiosa que está destruyendo la vida de menores, mujeres y hombres” y han empezado a incorporar al mismo expediente denuncias contra Jueces y Fiscales por actuaciones similares a las de los Gabinetes Psicosociales de Familia.

 

Los organizadores declaran haber renunciado a acudir al Tribunal de Estrasburgo porque siempre ha bloqueado cualquier denuncia contra los intereses de la Ideología del Género en España. Aseguran que ha demostrado su complicidad con esta trama amparando la falta de vigilancia y control sobre las subvenciones que les dedica la Unión Europea, a pesar de que estaba siendo utilizado para Violar los Derechos Humanos y del Menor.

 

Aunque todos somos conscientes de la escasa sensibilidad que la Justicia y los Organismos Públicos demuestran a veces hacia las iniciativas del pueblo llano para defenderse del pillaje de grupos de poder organizados, como el que representa el “Género”, la proximidad de unas elecciones generales podría resultar una buena aliada para este colectivo que intenta organizarse y crece cada día en fuerza y número.

 

Fuente: http://vegamediapress.es/not/11890/prolifera-la-agrupacion-de-denunciantes-a-equipos-psico-sociales-de-juzgados-de-familia-y-genero

Las mujeres deciden las tres cuartas partes de las decisiones que se toman en pareja

Las mujeres deciden las tres cuartas partes de las decisiones que se toman en pareja

Un estudio ha revelado que la mayor parte de las decisiones importantes que afectan a la pareja las toman las mujeres, tal y como lo ha publicado Daily Mail.    Por lo general, según afirma el estudio realizado por Ginsters, las mujeres determinan qué comer, dónde vivir, cuándo tener hijos, dónde se van de vacaciones y cómo gastar el dinero. Mientras que los hombres muy a menudo solo se ven involucrados en elegir qué coche tener y qué ver en la televisión.    La encuesta realizada a 3. …

Leer mas: http://www.europapress.es/chance/tendencias/noticia-mujeres-deciden-tres-cuartas-partes-decisiones-toman-pareja-20130614115734.html

Sánchez propone ampliar la ley integral de violencia de género

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha considerado este miércoles que es el momento de ampliar la ley integral contra la violencia de género de manera que queden recogidas todas las manifestaciones de dicha violencia y no solamente aquellas que se producen en las relaciones de pareja como ocurre hasta ahora.

UN ACUERDO DE DIEZ PUNTOS. El secretario general del PSOE ha planteado un acuerdo de diez puntos que incluya el aumento de las dotaciones presupuestarias para la prevención y la asistencia social a las víctimas, así como la creación de un fondo de apoyo a los ayuntamientos para reforzar los servicios sociales municipales y los centros de la mujer.

La portavoz de Igualdad del Partido Popular en el Congreso, Carmen Maniega, valora como “poco novedosa” la propuesta anunciada por el secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, contra la violencia de género y añade que “ya están en marcha el 90 por ciento de las medidas que propone”.

 

Fuente: http://diariodepontevedra.galiciae.com/noticia/432266/sanchez-propone-ampliar-la-ley-integral-de-violencia-de-genero

Los hombres contra el machismo y el machismo contra los hombres

Se dice que el machismo beneficia los hombres y, efectivamente, es así. El patriarcado y su ideología, el machismo, han creado un sistema social pensado para beneficiar a los hombres a los que otorgan poder y dominio sobre las mujeres desde el punto de vista político, económico, social y sexual.

Las mujeres son las grandes perjudicadas y contra ellas se infringe violencia si se atreven a sublevarse: violencia física, psicológica o simbólica y todo para que acepten su dominación. El feminismo, vinculado a las ideologías igualitarias, llegó para romper, afortunadamente, con todo esto y ha permitido mayores cuotas de libertades, derechos e igualdad de oportunidades para las mujeres, a pesar de que aún estemos lejos de la plena igualdad. La otra gran discriminación que genera el patriarcado es en contra la diversidad de opciones sexuales puesto que establece la heterosexualidad como la única opción sexual posible, siendo consideradas todas las otras desviaciones que de alguna u otra manera se tienen que corregir. En este sentido, son las personas lesbianes, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) las que también sufren discriminaciones, violencia y invisibilización.

Con todo, también pensamos que el machismo no sólo perjudica a las mujeres o a las personas LGTB, a pesar de que son las más afectadas. El perjuicio lo sufren los hombres también. Me explico. Lo sufren los hombres que no responden a la identidad que marca el patriarcado: aquellos que no son heterosexuales de manera clara e incluso exhibicionista, a los que no se esconden de su vulnerabilidad, a los que se muestran débiles y emocionales, a los que son cuidadores, a los que parten de planteamientos de justicia social, de igualdad y de cooperación en vez de la injusticia, la desigualdad y la competencia actual. Los que no creen que ser hombre sea dominar o ejercer violencia sobre nadie sino ser capaz de establecer una relación en condiciones de igualdad. Todos estos hombres sufren también el peso del machismo porque se salen de la norma que el patriarcado ha marcado para ellos. Otro de los efectos desconocidos es en la salud: los hombres viven de media menos que las mujeres porque su predisposición al autocuidado o su percepción de riesgo es menor que el de ellas. En cuanto al riesgo, esto incide en que sean los hombres los que protagonizan mayor número de accidentes laborales o de tránsito o que el 90% de los prisioneros sean hombres. También tiene efectos devastadores el modelo de hombre competitivo que no reconoce debilidades, ni sabe gestionar emociones o no reaccionar con la violencia como fórmula de resolución de los conflictos.

Los hombres por la igualdad, que somos todavía minoritarios entre los hombres, creemos que el patriarcado también nos perjudica. Lo que pasa es que el machismo ha conseguido invisibilitzar-lo aunque, insistimos, es evidente que no somos los máximos perjudicados. Que los hombres tomemos conciencia de cómo nos perjudica el machismo y el patriarcado es una parte fundamental en el camino hacia la igualdad que han abierto las mujeres con el feminismo. Una parte del cambio en los hombres que pedimos, y por el cual trabajamos, consiste en esto en hacer a los hombres conscientes de estos perjuicios. Y de los beneficios que tiene para todo el mundo la justicia y la igualdad social, el reconocimiento de las propias vulnerabilidad y debilidades para evitar las presiones de un sistema económico y social cada vez más exigente y menos comprensivo que genera cada vez más excluidos. A todo esto hay que añadir los problemas de salud o las limitaciones en el ámbito emocional y con la calidad de nuestras relaciones personales vinculado todo esto en muchas ocasiones a los mandatos de género que tenemos los hombres.

El pasado 29 de noviembre se celebró el cuarto Encuentro Catalán de Hombres por la Igualdad organizado por la entidad Nuevos Hombres de Sabadell. Se prevé un nuevo encuentro en marzo. Un encuentro que se realiza para concretar como conseguimos estos “nuevos” hombres que participan plenamente de los valores como la libertad, la igualdad, la justicia social, la no-violencia y la cooperación y que son conscientes de los perjuicios que genera en ellos el machismo. Por eso cuantos más seamos quienes nos damos cuenta que el machismo va contra los hombres, habrá más hombres contra el machismo.

 

Fuente: http://www.laindependent.cat/index.php?option=com_content&view=article&id=5074%3Aels-homes-contra-el-masclisme-i-el-masclisme-contra-els-homes&catid=198%3Aidentitats-de-geenere&Itemid=241&lang=es

Ahora vas, y pides “la compartida”

Martes, 8 de Septiembre, 2015

¿Quieres custodia compartida? Bien, te vas a enterar, no me a costar nada, ni te vas a enterar que he llamado pues no deja rastro la llamada, y con tranquilidad puedo llamar hasta desde el teléfono fijo. Y además te voy a “calzar” con una denuncia, y puesto que no eres el alcalde Loja, ni el director del Centro Amate del PSOE, será casi imposible que se archive en el fin de semana, ante lo cual, te vas a pasar un finde semana en el calabozo, cuándo salgas de allí ya no vas a poder entrar en nuestra casa, y a ver a tus hijos con cuenta gotas, aparte de tener que mantenerme. Pero es que además, con esta denuncia impido, a través del artículo 92 punto 7 de nuestro Código Civil, que se aplique la custodia compartida mientras el proceso de violencia de género se encuentre abierto, Ahora vas y pides la compartida.

El texto es de la persona que ha localizado la imagen:

“Chorradas” que miran 30.000 personas…)) En este caso, LA CONTRAPORTADA DEL JUERVES (hecha por nuestro compi, Sheyer Steve) , a la PORTADITA DEL JUEVES.

Fuente:
Javier Xavier
https://www.facebook.com/bychorradas/photos/a.529255417151579.1073741832.465733106837144/880635858680198/?type=1

Fuente:  http://custodiapaterna.blogspot.com.es/2015/09/ahora-vas-y-pides-la-compartida.html

Nadie habla de los 30 hombres que murieron a manos de sus mujeres Leer más: Nadie habla de los 30 hombres que murieron a manos de sus mujeres

El hombre maltratado también existe. No es ni un concepto nuevo ni un símbolo ni la nueva peor moda.

“Por fin se ha hecho justicia, Nacho. Bienvenido al barrio”. Este miércoles 21,José Ignacio Y. volvía a Getafe (Madrid), a la residencia de sus padres, después de un año sin poder acercarse a su casa de toda la vida. Un juez le levantó la orden de alejamiento en una causa de violencia doméstica que desde marzo de 2009 le prohibía acercarse a menos de 500 metros de la casa de su ex mujer, con la que vivía justo en el portal contiguo al de su residencia familiar.

Según explicó José Ignacio a El Confidencial, su ex mujer lo anuló durante años. Y el daño no fue sólo psicológico, sino también físico. Lo abofeteó y arañó durante su matrimonio cada vez que se le antojaba. La gente le preguntaba, pero él, por vergüenza, aseguraba que todo se debía a “la fogosidad” de su esposa. “¿Crees que alguien va a creer que alguien que pesa 50 kilos puede pegar a un tío de más de 100?”, le preguntaba su mujer de forma burlesca, según narra el afectado. Ella, que responde a las siglas A.L.M., es la madre de sus dos hijos gemelos. Según José Ignacio, llegó a ponerle un cuchillo en el cuello; se acostaba con otros hombres en su propia cama “porque tú ya no me vales”, e incluso amenazó con arrojar a uno de sus hijos al vacío desde la ventana para retener a su pareja en casa. “Me decía: Si cruzas esa puerta, tiro al niño y después me arrojo yo”. Lo último, fingir una paliza para denunciarlo por malos tratos. “Si renuncias al piso y me das el dinero que te pido, te quito la denuncia”. El acosado era él, pero ¿quién le iba a creer?

¿Dónde están ellos? ¿Por qué no hay asociaciones que les apoyen cuando se sienten avergonzados? ¿Por qué el 016 les cuelga el teléfono porque solo atienden a mujeres?
El hombre maltratado también existe. No es ni un concepto nuevo ni un símbolo ni la nueva peor moda. “Nacho es sólo un ejemplo”, asegura el juez Francisco Serrano. “Hay muchos inocentes encarcelados porque sus mujeres los denunciaron falsamente”. Serrano escupe indignación cuando habla de la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género. Quien lea sus declaraciones quizá lo tache de juez machista, pero en su currículum destaca ser el primer magistrado en firmar una orden de alejamiento. En 2001, cuando la ley de Violencia de Género no estaba ni pensada, recibió el premio Amuvis por defender a la mujer maltratada.

Falsa violencia machista

La batalla actual de Serrano, el juez titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, es muy simple: lucha para que las mujeres que quieran divorciarse no usen las ventajas que esta ley les ofrece para obtener beneficios de una manera injusta. “Denuncio una realidad silenciada: la falsa violencia machista”, sentencia. Serrano habla de la ley como una hecha a la medida de un gobierno que no ha querido mantener un concepto de violencia familiar que englobara todos los maltratos que se da en un hogar, sin distinguir según el sexo de la víctima. ¿Por qué las muertes de mujeres sí cuentan, y las de hombres no?

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Serrano asegura que el Ministerio del Interior anotaba el número de asesinadas y el de asesinados hasta 2006. Las estadísticas oficiales informaban de que en 2002 55 mujeres murieron a manos de sus maridos y 16 acabaron con la vida de sus maridos o ex parejas. En 2003 murieron por la misma causa 65 mujeres y 13 varones; 2004: 61 versus 9; 53 en 2005 frente a 15 hombres; en 2006, 54 mujeres y 12 hombres. Con estas cifras, se puede afirmar que muere un hombre a manos de sus mujeres por cada cinco mujeres asesinadas. ¿Dónde están ellos? ¿Por qué no hay asociaciones que les apoyen cuando se sienten avergonzados? ¿Por qué no tienen ninguna institución que los ampare y el 016 les cuelga el teléfono “porque sólo atendemos a mujeres?” (algo que ya corroboró un periodista de ‘El Confidencial’ haciéndose pasar por un hombre maltratado).

Por más que lo haya preguntado, a Serrano nadie le ha contestado todavía por qué se dejó de divulgar desde 2007 las cifras de hombres muertos por agresiones de sus cónyuges. “El año pasado más de 30 hombres murieron a manos de sus mujeres. Este año ya van cinco. Pero no busquen en los organismos oficiales, porque de esto no interesa informar”. Aunque la violencia en el ámbito familiar está prevista en el Código Penal español, existe una corriente social que pretende reducir el término violencia a la que ejercen los hombres y padecen las mujeres, negando así cualquier opción a que la situación sea distinta. “Por eso esta ley es inconstitucional, porque la Constitución dice que todos los españoles somos iguales ante la ley. No distingue entre sexos”.

Serrano habla también del principio de igualdad y de la presunción de inocencia al que todos los seres humanos tienen derecho mientras no se demuestre lo contrario. “Aquí se deja en libertad no por inocente, sino porque no se ha demostrado que sea culpable”, insiste Serrano.

Jueces, periodistas, policías judiciales, “hasta diputados y senadores de muy alto nivel me han dado la razón cuando les he dicho que esta ley es inconstitucional y discriminatoria”. Serrano habla de discriminación incluso con las propias mujeres, las del siglo XXI que luchan por una igualdad de oportunidades. “Señoras del nuevo siglo; que sepan que esta ley dice que ustedes, por ser mujeres, están en inferioridad de condiciones frente a cualquier hombre”. Las palmaditas en la espalda siempre se la dan off the record. “Es el producto estrella del Gobierno, Francisco. Yo no me atrevo a levantar la liebre el primero”, le reconocen al abogado a escondidas.

El magistrado sigue acumulando cifras: “Tampoco les interesa airear que algunos de los 3.716 varones que se suicidaron en 2006 (frente a las 2.653 mujeres) lo hicieron por el efecto adverso de esta ley, discriminatoria tanto para ellos como para ellas”. Serrano quería comprobar cuántos de estos se arrojaron al vacío cuando estaban en crisis o en proceso de separación de sus parejas. Pero los organismos oficiales decidieron quitar el estado civil de los suicidas a partir de 2007. Desde entonces, se divulgan las cifras de violencia contra las mujeres en el registro abierto en la web del Ministerio de Sanidad. Por eso Serrano insiste en que una gran parte de los suicidios de varones entre 30 y 60 años se debe al trauma que causa el “trato discriminatorio que sufren en el proceso de separación”.

Una discriminación “incomprensible”

Víctor Fernández es abogado de Patón & Asociados, el primer bufete español especializado en violencia machista. Como única estadística rigurosa sobre este problema se refiere al 25,6% de víctimas mortales de hombres registradas en España en manos de sus parejas, según datos del CGPJ. Con los datos de Serrano, en 2009 el porcentaje aumentó considerablemente. Fernández coincide con su colega Serrano en que la ley es un “disparate”. “Establecer una diferencia jurídica entre hombres y mujeres en 2010 es incomprensible”. No pone en duda que la mujer maltratada debe ser protegida, pero sí culpa al gobierno de que los hombres no cuenten con ninguna institución que les ampare.

La mayor parte de los casos archivados en el registro de violencia de género son, para Serrano, conflictos entre iguales en el combate de cualquier separación. La diferencia entre el dato del juez de Sevilla de que el 86% de las denuncias de maltrato no responden a situaciones reales de violencia y la cifra del Gobierno, que considera falsas el 0,4% de las denuncias es abismal. Para demostrar la “visión distorsionada del maltrato”, Serrano pone como ejemplo al juzgado de Violencia de Género de Sevilla. En 2008, la Fiscalía Superior de Andalucía recogió 9.814 procedimientos. De ellas se emitieron 1.010 sentencias: “395 condenatorias, 412 absoluciones y 203 condenas de conformidad”. El 90% de las denuncias se archivaron o acabaron en absolución, como el caso de Nacho.

“Miedo a la denuncia”

Nacho, el maltratado denunciado, siente que “todos los hombres casados o en una relación estamos en el mundo bajo una libertad condicional que te quitan cuando tu mujer te denuncia y te mete en el calabozo, privándote de todo”. Es lo que Serrano denomina holocausto social: “Miles de hombres son encarcelados cada año con una mera denuncia”. Es lo que en Derecho se denomina derecho de autor: “Se te condena por ser hombre, no por los hechos cometidos. Y si se demuestra que ella ha denunciado falsamente, no pasa nada”.

A la mujer tampoco se le protege por ser víctima, sino por ser mujer. Según los datos que publica el Ministerio de Igualdad, en 2009 fueron 55 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas, un 27,6% menos que el anterior. El dato que llama la atención es que el 74,5% no había puesto denuncia previa. “Desgraciadamente las verdaderas víctimas del maltrato,las que se esconden para que nadie le vea ojo morado, siguen en sus casas con un miedo terrorífico a denunciar, por si su agresor la mata. A ésas son a las que debe amparar la ley”.

A.L.M. no pudo demostrar que su marido le había pegado de la manera que ella decía ni ninguna otra. Nacho se sentó en el banquillo de los acusados sin ser consciente siquiera de que el maltratado era él. Esta misma semana le han absuelto, pero no por ser inocente, sino porque no se pudo comprobar que era culpable. Al levantar la orden de alejamiento, Nacho ha podido entrar de nuevo en casa de sus padres. “Ella vive ahí, en esa ventana están durmiendo ahora mismo mis hijos”, reconoce con cierta ironía. La ley se muestra como un arma cargada, que en las manos equivocadas puede convertir la vida de un buen hombre en un calvario. Con la ley de violencia de género en la mano, ni ellas son tantas ni ellos, tan pocos. Nacho ha decidido abandonar la vía legal aunque desea fuertemente que se conozca su caso. Este periódico le acompañó en el preciso momento en el que después de un año, volvió a su barrio, por unos meses prohibido. Ahora está rehaciendo su vida con una nueva chica, con ilusión y cierto desarreglo. Reconoce tener miedo, que casi es pánico, a que una nueva denuncia le haga revivir de nuevo el calvario.

 

Fuente: http://www.elconfidencial.com/sociedad/2010-04-24/nadie-habla-de-los-30-hombres-que-murieron-a-manos-de-sus-mujeres-easado_395936/

Los forenses sólo estudian el 1% de los casos de violencia de género para valorar su riesgo

El Protocolo Médico Forense de Valoración Urgente de Riesgo, anunciado a bombo y platillo en 2011, fue aplicado en un 1,05% de las más de 33.000 solicitudes de órdenes de protección instadas por mujeres víctimas de violencia de género en 2014.

MADRID.- Si hay algo en lo que coinciden los especialistas es en la necesidad de realizar una valoración urgente de una mujer que denuncia ser víctima de violencia de género, para determinar de forma objetiva el grado de riesgo al que se enfrenta y prevenir incluso su muerte. El estudio debe estar realizado en menos de 72 horas, tiempo máximo de que dispone un juez para adoptar medidas cautelares contra la pareja o expareja denunciada por la mujer, como puede ser el ingreso en prisión o la colocación de pulseras electrónicas de control.

Este Protocolo fue anunciado a bombo y platillo en 2011, a la vista de que la valoración integral del riesgo —tanto de la mujer como de los hijos y de su entorno familiar— que prevé la Ley integral de 2004 no estaba siendo aplicado. Pero ni siquiera este Protocolo más reducido está funcionando en la mayoría de las denuncias presentadas por las víctimas de violencia de género en los juzgados, a tenor de las conclusiones de la Memoria de la Fiscalía del año 2014, difundida este martes.

“Seguimos observando que, pese a la gran utilidad del Protocolo Médico Forense de Valoración Urgente de Riesgo como herramienta para efectuar la valoración de riesgo objetivo, su uso es muy escaso”, denuncia la Memoria del ministerio público, encargado de perseguir este fenómeno delictivo.

La Memoria concluye que, del total de las órdenes de protección solicitadas por las mujeres denunciantes en 2014 (33.167), los forenses tan sólo realizaron una valoración urgente del riesgo en el 1,05% de los casos. Por ello, la Fiscalía insta en su Memoria a dar a conocer el Protocolo ”entre los órganos judiciales y los propios médicos forenses”.

El ministerio público extrae esta conclusión al extrapolar los datos que recoge de las comunidades autónomas cuya competencia en materia de Justicia corresponde al Gobierno central o cuya gestión se encarga el ministerio de Justicia (Castilla La Mancha , Castilla y León Extremadura, Murcia y Baleares)

“De la información facilitada por el Ministerio de Justicia, referida exclusivamente a las CCAA a las que no han sido transferidas las competencias, resulta que en el año 2014 se han emitido 349 informes siguiendo el Protocolo , 3 menos que en 2013 y 17 menos que en el año del 2012”, expone la Memoria de la Fiscalía.

“Su escasa implantación es más evidente” si se comparan el total de informes emitidos para valorar de forma urgente el riesgo con las 5.520 solicitudes de órdenes de protección solicitadas en 2014 por las víctimas de violencia de género en dichas autonomías. La Fiscalía concluye que sólo se han emitido informes forenses de valoración de riesgo en un 6,32% de tales ocasiones.

En concreto, en Castilla y León se han emitido 78 –33 menos que en 2013 y 64 menos que en el 2012– en Extremadura 146 (8 menos que el año anterior) y en Islas Baleares 13 (32 menos que en el año anterior. Sin embargo, se ha registrado un incremento en Castilla y la Mancha (9 más) y en Murcia (46 más).

El informe de la Fiscalía delegada en materia de violencia sobre la mujer y violencia doméstica expone que en el año 2014 fallecieron 58 mujeres víctimas de violencia de género, 3 más que en el año 2013 y 6 más que en el año 2012.

22 denuncias falsas

La memoria de la Fiscalía desmonta también mitos respecto a posibles denuncias falsas presentadas por mujeres contra sus parejas o exparejas.

En el año 2014, el Fiscal consideró que la denuncia podía ser falsa en 22 casos, por lo que solicitó que se dedujera testimonio contra la denunciante. En ese año, se produjeron un total de 126.742 denuncias por violencia de género en los juzgados, según datos del CGPJ.

Estos 22 casos de posible denuncia falsa suponen el 12,44% de las 200 denuncias retiradas. En 98 de los casos (49%) se fundaron en la presunción de inocencia del acusado; en 92 (46%) tienen su origen en la falta de prueba porque la víctima se acogió a la dispensa que le permite la ley de no acusar a su pareja. Y en 10 casos se basó la retirada en otros motivos (5%).

En lo que va de año 2015, un total de 27 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. De ellas, sólo 4 habían presentado denuncia contra su agresor alguna vez en su vida. Además, ya se llevan registrados 8 menores asesinados por violencia de género y 24 huérfanos.

 

Fuente: http://www.publico.es/sociedad/forenses-estudian-casos-violencia-genero.html

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